La tensión de los últimos tiempos entre Izquierda Unida y los sindicatos vivió el jueves en la Asamblea de Extremadura un nuevo episodio. La intervención del diputado de IU-Siex Guerrero Alonso, durante el debate sobre la instalación de la refinería, en la que decía que los secretarios generales de CCOO y UGT "parecen ser empleados subalternos de Gallardo" contribuyó a calentar una discusión que acabó como acabó en la Asamblea y que ha tenido su segunda parte en la respuesta sindical.

Pese a que desde la presidencia del Parlamento extremeño se le conminó a que respetara a las organizaciones sindicales, Guerrero Alonso afirmó que éstos actúan a favor de la instalación de la refinería porque "tienen que defender su situación de privilegio. Parece que tienen alergia al trabajo y no quieren volver a ellos, quieren seguir liberados. Pregúntenle si no al ex secretario general de CCOO, que no se ha reincorporado a su puesto de trabajo a pesar de que ya no lo es".

Las palabras de Guerrero Alonso no han sentado nada bien en CCOO, que, en un comunicado, reprochó a Izquierda Unida que insultara y atacara al movimiento sindical en una intervención en la que "mezcló todo tipo de descalificaciones e injurias aprovechándose de su inmunidad parlamentaria y sabiendo que nadie podría intervenir para negar esas acusaciones y defenderse".

Asimismo, CCOO mantiene que los "insultos" del diputado de IU en ese tono despreciativo lo que "realmente desacredita es a él mismo", al tiempo que creen que "alejan el debate reflexivo y riguroso en temas tan trascendentales para la región como es el proyecto de la refinería".

Sosiego y reflexión

CCOO también pidió a los partidos políticos que se sosieguen, que reflexionen y que no extremen sus posiciones en un asunto "tan importante para el desarrollo económico de la región" que, además, requiere de un amplio consenso de todos para que se consigan unos resultados que beneficien lo más posible a la región.

En cuanto al suceso del jueves, CCOO quiere dejar claro que, independientemente de quien tuviera la responsabilidad de la tensión que provocó la suspensión del pleno, no entiende que los conflictos del debate político degeneren en situaciones de este tipo que en nada benefician a la ciudadanía extremeña.

En definitiva, una nueva entrega que no será la última entre los diferentes agentes implicados en un debate --refinería sí, refinería no-- sobre el que se seguirán escribiendo páginas y páginas, y no sólo en el parlamento extremeño.