Además de neumóloga, preside la Sociedad Extremeña de Profesionales para el Abordaje del Tabaquismo (SEPAT), una organización científica sin ánimo de lucro compuesta por profesionales implicados en la lucha contra este problema. En su opinión, el esfuerzo de las administraciones y de la sociedad debe ser mayor, sobre todo en la prevención.

--A pie de consulta, ¿se perciben cambios en los hábitos de los fumadores extremeños desde la entrada en vigor de la ley?--Primero, no hay que confundir venta de cigarrillos con consumo. El hecho de que en España el tabaco sea más barato que en otros países de la UE ha podido contribuir a que las ventas hayan subido en comunidades fronterizas, como la nuestra. Luego hay que recordar que los datos de la Encuesta Nacional de Salud, muestran que la proporción de fumadores mayores de 16 años ha disminuido en 5 puntos, del 31,6% en el 2001 al 26,4% en el 2006).Durante el primer año de la ley se calculó que habían dejado de fumar unas 750.000 personas. En esos primeros meses experimentamos un incremento en la demanda de las consultas de deshabituación tabáquica. Este efecto se ha ido amortiguando y hemos vuelto a una situación similar a la que existía antes del 2006. Lo realmente preocupante es la incorporación cada vez más temprana de adolescentes al consumo de tabaco; muchos de ellos, la mayoría, serán adultos fumadores con dificultades para dejar de serlo y con altas probabilidades de enfermar y morir debido a su tabaquismo.

--Por tanto, ¿la ley es un fracaso?--Los resultados de los estudios llevados a cabo nos muestran lo que ya intuíamos desde su aprobación: es una ley coja. Supuso un avance en la lucha contra el tabaquismo, pero desde el inicio se quedó corta, sobre todo en el campo de la hostelería. Las sociedades científicas implicadas en este tema, la opinión pública y los economistas de la salud coinciden en la necesidad de hacer una ley más restrictiva, con prohibición total de consumo en los lugares públicos, e incremento de los impuestos del tabaco, como medidas de control. Además hemos asistido a un deterioro progresivo de su cumplimiento. Tiene un efecto muy negativo el que no se impongan las sanciones reglamentarias, porque si no pasa nada cuando incumplo la ley, sencillamente no la cumplo.

--Y en el tratamiento a quien quiere dejar de fumar, ¿se está haciendo lo suficiente?--De momento la atención que se está prestando al ciudadano es escasa y no está totalmente reglada. En muchos casos es un problema de falta de formación de los propios profesionales sanitarios. En pocas facultades de medicina o escuelas de enfermería se nos ha enseñado a tratar al fumador, y esto es tan importante como saber tratar a un paciente con diabetes, y además no es más complicado. El simple hecho de que un sanitario aconseje a un fumador que lo deje consigue la abstinencia de fumar hasta en un 5%. En cualquier caso, existe una profunda convicción entre los profesionales de que su actuación será muy limitada si no existe una decidida determinación política de atajar seriamente y de una vez por todas este problema.

--¿Los recursos son suficientes?--En Extremadura nos queda por desarrollar e implementar el Plan de Tabaquismo, que ya han realizado otras regiones. En los planes ya realizados se contempla el abordaje del tabaquismo como una red en la que debe participar cualquier profesional sanitario. A partir de aquí, los médicos de Atención Primaria tendrían mucho que hacer con los pacientes fumadores. En otras comunidades se han creado unidades especializadas de tabaquismo, a las que se derivan los casos complejos. Los recursos necesarios son sobre todo de personal. Y es muy importante que los profesionales sanitarios tengamos buena formación, tema que se está trabajando.

--¿Están funcionando las campañas de prevención?-- Están siendo insuficientes y ahí están los resultados: los jóvenes empiezan a fumar cada vez a edades más tempranas. La mayoría inician su consumo antes de los 18. La industria tabaquera dirige todos sus esfuerzos hacia los jóvenes, y debemos contrarrestar esta acción negativa. Las campañas deberían ser aún más amplias, sobre todo en el tiempo; las escuelas, colegios e institutos deberían implicarse más, y debería ser materia curricular transversal el tema del tabaquismo, englobado en estilos saludables de vida; los padres deberían hablar del tema con sus hijos, y dar ejemplo no fumando. Incluso los propios sanitarios deberíamos trabajar más en prevención.

--¿Los ciudadanos son conscientes de los riesgos que conlleva?--Probablemente la mayoría de los fumadores adultos sabe que fumar conlleva riesgos, lo que ocurre es que piensan que las cosas malas les pasan a otros. Los jóvenes están más desinformados, y además minimizan los riesgos de fumar porque piensan que les quedan muchos años hasta llegar a los 50 o 60, que es cuando más probabilidades tienen de enfermar por el tabaco. De lo que existe bastante desinformación es de los riesgos del llamado fumador pasivo. En España, la población desconoce los riesgos de inhalar humo de tabaco ambiental: enfermedades coronarias o cáncer de pulmón en adultos, o asma, otitis e infecciones respiratorias en niños. Si fuéramos conscientes de esto seguramente no seríamos tan tolerantes con el humo del tabaco.

-- ¿Cuáles son las principales enfermedades que provoca?--Las enfermedades respiratorias, cardiovasculares y ciertos tipos de cánceres (pulmón, garganta, o vejiga, entre otros) son las más directamente relacionadas con fumar, pero se han descrito más de una veintena de enfermedades que tienen relación directa con el consumo de tabaco. Algunas, como el enfisema pulmonar o el cáncer de pulmón serían muy raras si no se fumara en nuestro planeta. Incluso las cataratas, la calvicie y la disfunción eréctil en los varones son más frecuentes entre los fumadores.AÑO DE NACIMIENTO 1959FORMACION LICENCIADA EN MEDICINA POR LA UNIVERSIDAD DE EXTREMADURA. DOCTORADA POR LA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID. MASTER EN TABAQUISMO.PROFESION NEUMOLAGA Y DIRECTORA MEDICA DEL HOSPITAL INFANTA CRISTINA DE BADAJOZ.