Tras cuatro días sin poder apenas cargar fruta para darle salida a los mercados nacionales y en el extranjero --destino de más del 70% de la producción en la región--, los fruticultores extremeños comienzan a respirar más tranquilos desde que ayer fuera más fácil ver camiones por las carreteras y en las propias centrales hortofrutícolas de la región. Aunque aún contemplan la situación cautela, y a pesar de que en esta semana se han producido unas pérdidas ya "irreparables", los productores extremeños ven con optimismo las próximas jornadas en las que esperan recuperar parte del tiempo perdido, que ha afectado negativamente a la posición de ventaja con la que partían este año con respecto a sus competidores más directos, que son los productores italianos.

Según explicó a El Periódico Antonio Chavero, presidente de la Asociación de Fruticultores de Extremadura (Afruex), la situación del sector mejoró ayer notablemente gracias a que en las carreteras "parece que aflora cierta normalidad" y también a que en las centrales hortofrutícolas se vieron numerosos camiones cargando mercancía con destino al mercado, gracias a que ayer era más fácil encontrar transportistas dispuestos a realizar las rutas que en los días anteriores. Asimismo, la entrada de mercancías en los grandes mercados del país como Mercamadrid también se está produciendo sin complicaciones. Otra medida que beneficiará al sector será el permiso dado por el Gobierno, como medida excepcional, a la libre circulación de camiones durante todo este fin de semana.

En el Valle del Jerte, ha comenzado nuevamente a recogerse las cerezas, a un ritmo de 150.000 kilos al día, la mitad de lo habitual. En la mañana de ayer se cargó un camión con 40 toneladas de este producto, y por la tarde estaba previsto que lo hiciera igualmente alguno más, informa F. Martín.

Los fruticultores calculan ahora las pérdidas que han supuesto los cinco primeros días de paro, entre las que hay que contabilizar las mermas que supone para sus bolsillos la fruta que se ha dejado en el campo sin recolectar, además de la mercancía que se ha echado a perder una vez recogida. Por ahora, el único cálculo que manejan los agricultores se refiere a los 4,5 millones de euros que han dejado de facturar por cada día de paro.

Una vez cifradas las pérdidas, Afruex espera que las administraciones no hagan "oídos sordos" a sus reclamaciones --que incluso se plantean llevar a los juzgados a través de la federación nacional--, aunque en todo caso reconoció la labor de apoyo recibida desde el Gobierno regional durante el conflicto.