Los fruticultores han denunciado la pujanza del negocio ilegal en este sector ya que, tal y como explicó Guillermo Crespo, gerente de la Asociación de Fruticultores de Extremadura (Afruex), "corredores de poca monta que antes apenas movían fruta ahora negocian muchísimos kilos".

Crespo comentó que en la pasada campaña la actividad de estos ilegales "llegó a ser flagrante, ya que se ponían a vender junto a las propias centrales hortofrutícolas", lo que dio lugar a denuncias de los empresarios que propiciaron la intervención de la Dirección General de Comercio para atajar el problema.

Según señaló, la mayor parte de la fruta que se vende sin control no procede de robos sino de "compras en el campo", actividad que puede verse incrementada si caen los precios "porque los que compran así pueden permitirse pagar más, ya que ni pagan seguros sociales ni están sujetos a impuestos ni tienen que amortizar y mantener instalaciones". El gerente de Afruex alertó de que esta fruta sale al mercado "sin ningún tipo de controles de higiene y seguridad", que sí pasan los productos que se negocian a través de las centrales hortofrutícolas.

Como ejemplo, citó que estas centrales velan porque en las explotaciones de las que se surten se respeten los plazos de seguridad y la fruta sólo se recoja cuando pase el periodo suficiente para que los plaguicidas hayan desaparecido, "y, de hecho, un estudio de Sanidad Vegetal señala que Extremadura es la Comunidad Autónoma con menor índice de residuos en la fruta".

Sin embargo, Crespo apuntó que "en el tema de la venta ilegal no se puede garantizar que se hayan respetado esos plazos antes de poner el producto en el mercado".

En cuanto a los motivos del incremento de este mercado negro --el gerente de Afruex mostró su sorpresa por las dimensiones del problema--, y al margen de cuestiones coyunturales como la ya mencionada caída de precios, Crespo manifestó que el sector de la fruta está creciendo mucho, y eso incrementa todas las ventas, tanto las legales como las ilegales.