Las tropas aliadas procedentes del sur, con más de 15.000 hombres, y la Guardia Republicana se aprestan a librar en las ciudades santas de Najaf y Kerbala una batalla clave en el futuro de la guerra: dejarlas atrás, significará que Bagdad está a tiro de piedra. El ministro iraquí de Defensa reconoció ayer que las primeras unidades enemigas estaban a 140 kilómetros de la ciudad y que podrían rodearla en seis o diez días, "pero será inexpugnable", dijo.

Las tropas aliadas que se dirigen a Bagdad por las dos grandes carreteras (por Diwaniya-Najaf y por Kut), son sometidas a incontables escaramuzas y a menudo deben retroceder.

2.000 marines atravesaron un estratégico canal en Diwaniya y enfilaron la carretera de Bagdad, pero la vía es muy peligrosa al estar salpicada de setos y colinas desde donde disparar. La tranquilidad, como explicó un periodista de France Presse, era interrumpida continuamente. Los marines respondían con ametralladoras, incluso acribillando casas situadas al borde la carretera. "Sería preferible que no hubiera civiles, pero no deberían interponerse en nuestro camino", dijo un cabo.

En la misma ruta, pero cerca de Najaf y Kerbala, los aliados apenas progresaron y, según algunas fuentes, entraron en contacto con los primeros soldados de la Guardia Republicana, recién llegados de Bagdad. Al parecer, unos 6.000 hombres del cuerpo de élite se dirigen a Najaf, donde se espera una sangrienta batalla. Al menos 13 personas murieron en los alrededores de ambas ciudades, según fuentes iraquís. En Samawa, la BBC informó de que 1.500 fedayines habían salido al encuentro de tropas británicas.

Hacia Kut avanzaban ayer un millar de marines procedentes de Nasiriya. Un oficial precisó que 200 militares iraquís habían sido hechos prisioneros y decenas habían muerto. Los marines también dispararon contra un autobús en Qalat Sukar y causaron una veintena de muertos.

EEUU aseguró que los fallecidos eran miembros camuflados de la Guardia Republicana --mostró varios documentos acreditativos--, pero los periodistas simplemente vieron 16 cadáveres dentro del vehículo y cuatro en la carretera vestidos con una mezcla de ropas civiles y militares, según Reuters. En el autobús había cuatro revólveres y un póster de la selección inglesa de fútbol.