El Grupo Gallardo asegura en el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) presentado ante los ministerios de Medio Ambiente e Industria que la ubicación de la refinería en Tierra de Barros cuenta con importantes ventajas desde los puntos de vista medioambiental y energético frente a una hipotética ubicación en la costa. Esta era una de las obligaciones marcadas por Medio Ambiente en el documento previo que remitió al grupo industrial, donde se le instaba a explicar por qué se había elegido una zona de interior para la planta.

Según informó el Grupo Gallardo, el estudio comparativo se ha realizado entre la ubicación elegida por los promotores extremeños y la construcción de una refinería de características similares en la costa de Huelva "por ser la más cercana y contar con las infraestructuras necesarias".

El análisis de alternativas parte de un estudio "desde el punto de vista operativo", donde se asegura que no existe diferencia alguna entre la costa y el interior, y que en el caso concreto de Refinería Balboa, queda plenamente justificado que esté tierra adentro porque su mercado será el centro del país "y así se conseguiría acercar más el producto final al destinatario".

En segundo lugar se aborda la variable del gasto energético, que en el estudio de alegaciones previas se refería a que la ubicación en el interior obligaría a bombear el crudo en un trazado de 200 kilómetros, con el consiguiente gasto de energía. En este sentido, desde el grupo industrial extremeño se indica que no existe diferencia entre una localización u otra, puesto que si es en la costa también habría que crear las infraestructuras para llevar los derivados al centro.

Por último, en el apartado medioambiental se señala taxativamente que "es más perjudicial su ubicación en la costa, ya que la calidad del aire en Huelva está prácticamente en el límite legal establecido debido a las industrias ya existentes" mientras que en Extremadura el margen de maniobra sería mucho mayor.

OLEODUCTO En cuanto al otro punto donde el documento previo de Medio Ambiente hacía más incidencia, como es el del trazado del oleoducto de crudo de 200 kilómetros que debe traer el petróleo a la refinería, ya que el ministerio advertía de que no podía tocar espacios protegidos como Picos de Aroche o Sierra Norte de Sevilla, el Grupo Gallardo insiste en que se aprovecharán trazados paralelos a infraestructuras existentes (carreteras, autovías y ferrocarril) para minimizar el impacto ya que discurriría "por terrenos ya afectados ambientalmente".

Así, este oleoducto saldría de Huelva hacia el este, buscando las inmediaciones de Sevilla. En ese punto girará al norte para ir paralelo a la Autovía de la Plata hasta la planta. Según los promotores, de este modo "se evita el paso por núcleos urbanos, se minimiza la longitud, se maximizan los tramos rectos y se elude el paso por laderas, terrenos inestables, zonas inundables, concesiones mineras o canteras". Asimismo, se busca que tenga los menores cruces posibles con las redes viarias y ferroviarias, cauces relevantes y canales.

Además de este oleoducto, el proyecto contempla dos más para dar salida a los productos terminados. Uno iría pegado al principal para volver al puerto de Huelva y sacar las gasolinas y gasóleos que se exporten.El otro, de 50 kilómetros, iría desde la planta hasta el oleoducto de CLH Mérida.

TRABAJO DE UN AÑO El estudio ambiental --acompañado de un proyecto básico de la planta que contempla una descripción de las instalaciones y de las obras a realizar-- consta de más de 5.000 folios y en él han trabajado 370 ingenieros que forman parte de la plantilla de Refinería Balboa.

Además, se ha contado con la participación de la norteamericana de ingeniería UOP, con gran experiencia en este tipo de instalaciones; de la petrolera Shell, y de la consultora española IDOM, coordinadora de los trabajos, y de expertos de la UEX y la Politécnica de Madrid.