El arzobispo de Mérida-Badajoz, Santiago García Aracil, advirtió ayer de que el hecho de que ETA haya declarado un alto el fuego no puede implicar "un canto de gloria que sea una aclamación a los terroristas" ni tampoco una "genuflexión" ante ellos, porque, recordó, "han asesinado a casi mil personas".

En declaraciones a Europa Press, García Aracil apuntó que "no estaría bien" que pareciera que se está "haciendo una genuflexión" ante ETA, porque eso significaría que "con un chantaje bien organizado se reciben honores que no se han merecido".

No obstante, el prelado también quiso precisar que, de entrada, hace una "lectura positiva" del alto el fuego, no sólo porque "no matarán", sino porque "también hay un morir permanente, que es la amenaza" de sufrir un atentado terrorismo que pende sobre muchos ciudadanos.

El arzobispo de Mérida-Badajoz se preguntó también "a ver qué quiere" decir la expresión "alto el fuego permanente", ya que puede significar un "cese definitivo" o, por el contrario, que estará sujeto a cambios "cada semana". "Es una literatura un poco críptica", puntualizó en alusión al lenguaje que han empleado los etarras.

En todo caso, abogó porque "todos los españoles trabajemos juntos, tanto políticos como no políticos" y por "apoyar a las víctimas del terrorismo" teniendo claro que "no se puede sucumbir a ningún chantaje". "ETA no tiene derecho a matar y, por tanto, no cede ningún derecho", sentenció.