Entre los más de 500 asistentes, de lo que más se hablaba fue de tres ausencias. Una más que justificada, la de Adolfo Suárez, aquejado de una grave enfermedad que le impide recordar su papel protagonista en la historia de la democracia. De los que le relevaron en el cargo de presidente del Gobierno solo asistió a la celebración del 30º aniversario de las primeras elecciones Leopoldo Calvo Sotelo, el único que no fue elegido en las urnas. Ni Felipe González ni José María Aznar encontraron un hueco en sus agendas para volver a las Cortes.

Como ayer era un día para celebrar la reconciliación, de estas sonadas ausencias todos hablaban en privado pero casi nadie en público. Solo el presidente del Congreso, Manuel Marín, lamentó en voz alta que declinaran la invitación en fecha tan señalada. En cambio, el actual jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, se limitó a pedir que se les deje "tranquilos", porque a su juicio "ya cumplieron su tarea".

ESCAÑOS DE HONOR Aznar no estuvo ni en imagen, porque en 1977 no era relevante en política. González, en cambio, aparece en el vídeo elaborado por el Congreso para resumir aquella etapa en la que nacía la democracia. También aparecían Santiago Carrillo, Manuel Fraga y Gabriel Cisneros, sentados ayer en las primeras filas del hemiciclo como miembros de la legislatura constituyente.

En el discurso posterior del Rey, la mención de Suárez hizo romper en aplausos a todo el hemiciclo. Su suspiro de alivio cuando el Congreso aprobó la ley de la reforma política, una de las mejores imágenes del vídeo, daba cuenta por sí solo de las dificultades que tuvo que superar para conducir a España de la dictadura a la democracia.

El Rey también fue aplaudido al finalizar su discurso. Por todos menos por Iñaki Anasagasti (senador del PNV) e Isaura Navarro (diputada de IU-ICV). Los de ERC tampoco habrían aplaudido de haber estado. Ellos ni siquiera asistieron.