El grupo financiero que crean Caja Extremadura, Caja Mediterráneo, Cajastur y Caja Cantabria pedirá 1.600 millones de euros al Banco de España, a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), para acometer el Sistema Institucional de Protección (SIP) acordado por las cuatro el pasado lunes, según indican fuentes financieras.

La alianza entre estas cuatro entidades es considerada muy importante por el subdirector de Caja Extremadura, Pedro Albalat Simón, sobre todo por el valor que tiene para esta entidad el hecho de que tendrá un peso mayor a su tamaño a la hora de tomar decisiones y porque su voto (que vale un 11%) será decisivo si las dos grandes cajas (CAM y Cajastur, con un 40% de representación cada una) no llegan a acuerdos a la hora de adoptar decisiones.

Sin embargo, no concretó algunas dudas planteadas en el sector y entre los trabajadores sobre la intención del nuevo grupo de acudir al rescate financiero del FROB, cuestión esta que inicialmente descartó Caja Extremadura cuando comenzó a buscar socios fuera de la región.

Albalat anunció que hoy se reunirá el consejo de administración de la entidad para ratificar la fusión fría y que próximamente se darán a conocer los detalles de la operación financiera.

SOLVENCIA Según explicó este directivo de Caja Extremadura, a la hora de repartirse la cuota participativa y de decisión en el SIP no se tienen en cuenta únicamente los activos de cada caja (ver edición de este diario de ayer), sino también otra serie de parámetros Así, Caja Extremadura tiene unos ratios de solvencia y eficiencia "envidiables", lo que según Albalat sitúa a esa entidades "en los primeros puestos del ranking nacional".

En este mismo sentido se pronunció ayer el director general de Caja Cantabria, Javier Eraso, quien destacó que las cuatro cajas tienen un ´rating´ de A3 "hacia arriba", un esquema de solvencia que no se produce en ninguna otra SIP ni fusión.

En cuanto a la idiosincrasia de los cuatro socios, Caja Mediterráneo acumula más de la mitad de los activos del nuevo grupo, el 55% de los créditos y el 49% de los depósitos de los clientes de la nueva entidad que se espera que esté en marcha antes de finalizar el 2010.

Sin embargo, no todo son números a la hora de adoptar acuerdos, como ratifica el subdirector de Caja Extremadura. Así, el core capital (relación, en porcentaje, entre capital básico disponible de inmediato frente al valor de las deudas) de Cajastur es del 12,7%; el de Caja Extremadura, del 9,08%. Ambas entidades superan ampliamente el 6,5% de la CAM, una de las claves, según expertos del sector financiero, que han llevado a equilibrar los porcentajes participativos de las cuatro cajas en el nuevo grupo, aún sin nombre.

Además, Cajastur está pendiente de que se apruebe la fusión de ella y Caja Castilla-La Mancha, por la que pujó tras ser intervenida por el Banco de España, y que logró captar gracias a sus "envidiables" datos.

PUESTOS DE TRABAJO Pedro Albalat aseguró, por otra parte, que la concurrencia de oficinas en la misma localidad no tiene que suponer pérdida de empleo. "No se van a cerrar oficinas --dijo--, pero no sé si habrá variación en el número de puestos de trabajo, aunque no tiene porque ser así". En sentido parecido se pronunciaron los dirigentes de las otras cajas implicadas en el SIP, si bien ninguna hizo concreciones y remiten al estudio que se realice tras las aprobación del proceso por parte de las asambleas de cada entidad.

Respecto a la posible intervención de Caja Mediterráneo por parte del Banco de España o la posible absorción de ésta por Caja Madrid, Pedro Albalat comentó que "ha habido muchos rumores y se ha atacado mucho a las cajas, pero la CAM es una de las principales entidades de este país y debe tener los mismos problemas que todas, pero nada más". Más aún, asegura que el Banco de España "para eso es muy serio y si hubiera sido necesaria su intervención, ya lo habría hecho".