José Luis Gurría, director del Departamento de Geografía y Ordenación de Territorio de la Universidad de Extremadura (Uex), tiene claro que el papel del subsidio agrario es vital para el futuro del mundo rural. Tanto que, según él, "hay que mantenerlo mientras continúa la reconversión agraria, que culminará en unos diez años". Y es que, según este experto, este subsidio es vital para que el ámbito rural pueda aprovechar la próxima década para diversificar su actividad económica y absorber el excedente de mano de obra que, según él, va a generar la crisis del sector agrícola.

Gurría insiste, en declaraciones a EL PERIODICO EXTREMADURA, en que la economía de los que viven en los pequeños núcleos rurales es muy frágil y se sustenta, entre otras cosas, en rentas complementarias provenientes del Aepsa (antiguo PER) y las ayudas europeas. Teniendo en cuenta este complicado equilibrio, "cualquier pequeña acción puede provocar efectos irreversibles", lo que según él ocurrirá si no se restituye el paro agrario.

Además, este experto del mundo universitario señala que si se elimina el Aepsa "no sólo van a perder los jornaleros", sino que este descenso de renta --el subsidio supone una inyección de en torno a 120 millones de euros anuales-- repercutirá de forma global en la economía rural. A esto hay que sumar que los efectos de la reforma laboral llegan en un momento especialmente "crítico" para el sector agrario, debido, entre otras cosas, a la posibilidad de que en el 2013 los agricultores extremeños pierdan también las ayudas directas procedentes de la Unión Europea.

FINAL DEL PROCESO

José Luis Gurría está convencido de que esa fecha, el 2013, supondrá la culminación forzosa de la reconversión agraria iniciada en 1959. De esta forma, recuerda que a mitad de siglo un millón de extremeños dependían de forma directa de la agricultura, cifra que en estos momentos ronda las 150.000 personas. El objetivo de la economía comunitaria, apunta, es que esa cantidad se reduzca hasta las 50.000 para que la región entre en unos guarismos similares a los del resto de Europa. Así, defiende que el objetivo de la Política Agraria Comunitaria (la conocida PAC) "no es otro que reducir la población activa agraria, que no es rentable desde el punto de vista económico".

Esto supondrá que el mundo agrario extremeño generará un excedente de unas 100.000 personas que deberán buscar nuevas fuentes de ingresos independientes de la agricultura. Para Gurría, si dentro de diez años no se ha diversificado el actual sistema económico rural este excedente humano "acabará emigrando" y "condenando a los pueblos a la desaparición". Para evitar esta situación, asegura que "no sólo no hay que quitar el subsidio agrario, sino que incluso habría que incrementarlo hasta que se complete la restructuración del mundo rural".

Dado que, al menos de momento, esto no será así, José Luis Gurría lanza también un mensaje a las Administraciones: "La reconversión agraria extremeña se está haciendo sin dinero, simplemente dejando que se muera el campo".

RESPONSABILIDAD PUBLICA

En este sentido, el director del Departamento de Geografía y Ordenación de Territorio de la Uex pide a Gobierno y Junta de Extremadura "que asuman que se está llevando a cabo esta reconversión agraria y que eso conlleva unos gastos".

Por eso, cree que los poderes públicos tienen mucho que decir para que se utilicen los programas europeos, como el Leader y el Proder, "para conseguir realmente la diversificación de empleo y renta en el mundo rural fuera del sector agrario". Entre sus propuestas, el fomento del autoempleo y la adaptación de la educación a la realidad rural.