Los agricultores afectados por el fraude del higo seco que investiga el Juzgado de Jerez de los Caballeros se sienten impotentes. No saben qué ha pasado con los higos que vendieron a la cooperativa de Luis Cortés en la campaña 2000-2001, ni se atreven a opinar sobre quién se ha podido quedar con el dinero, quizás porque les cuesta creer que alguien en quien confiaban, al que incluso consideraban amigo en algunos casos, les haya podido engañar.

Es el caso de Cayetano Salguero Matos, un agricultor de 60 años de la localidad de Nogales que durante muchos años, comentó a EL PERIODICO, tuvo "mucha relación, incluso de amistad, con Luis Cortés, y no puedo creer lo que ha pasado".

Siempre vendió sus higos a través del propio Cortés o de la cooperativa que él presidía --la Sociedad Cooperativa Iniciativa Rural-- sin problema, por eso le ha sorprendido aún más lo ocurrido. Ahora sólo espera recuperar los aproximadamente 4.600 euros de los 6.000 kilos que le entregó y que nunca le pagó. "Yo no quiero el mal de nadie, y no me gusta ver a Cortés en prisión, pero tendrá que demostrar su inocencia"

Su opinión la comparte Francisco Márquez, un labrador de 59 años de la misma localidad al que se le deben unos 6.000 euros por una entrega de cerca de 10.000 kilos de higos. "Yo no tengo nada personal contra Luis Cortés, pero queremos que nos paguen, porque el dinero es nuestro y en algún sitio tiene que estar".

Las consecuencias

En Nogales, una localidad de unos 900 habitantes, son unos 40 los afectados por este fraude. Practicamente todos los vecinos cultivan higos, y siguen haciéndolo pese a lo sucedido.

No ocurre lo mismo en Salvatierra, donde a raíz del impago de los higos de la campaña 2000-2001 fueron muchos los que optaron por abandonar las tierras. Por ello, advierte Alfonso Manuel de Vera, un joven de 25 años al que la reciente muerte de su padre ha convertido en ganadero y agricultor, además de afectado por los impagos, "las presuntas estafas que se atribuyen a Luis Cortés y su cooperativa no sólo han perjudicado a los productores afectados, sino también a muchos pueblos".

Y es que según asegura, la economía de toda la zona se ha visto seriamente dañada, "pues son muchos los que a raíz de los sucedido decidieron dejar el cultivo, y es que no compensa gastar en mantener las tierras y contratar mano de obra para la recolección teniendo el temor de no cobrar después los higos".

Son los perjuicios que Alfonso Manuel aprecia. El abandono de los campos, además de la pérdida económica para los productores y también de trabajo, "pues a los muchos que se daba trabajo en los pueblos como temporeros en la recolección de higos, ahora tienen que marcharse fuera a la vendimia o a hacer otras campañas".

Personalmente da por perdidos los 6.300 euros que se le deben por los 13.000 kilos de higos que su padre entregó a Cortés, por lo que lo único que espera es que lo que ha sucedido sirva para hacerlo mejor en el futuro. "La Junta debería hacerse cargo del pago de las intervenciones, sin intermediarios, como hace con otros sectores, pues éste también lo merece".

Claudio Martínez Lobato es otro de los afectados. Como el resto, este agricultor de Feria asegura desconocer el paradero de los higos que vendió a la Sociedad Cooperativa Iniciativa Rural y también del dinero.

En relación con el proceso judicial que se sigue por esta causa, señala que hay que encontrar un culpable para que se pague lo que deben, pero al igual que Alfonso Manuel opina que esto no soluciona el problema de fondo, porque está en el aire quién se va a hacer ahora cargo de las producciones de higo.

Por el momento, según Martínez Lobato, la mayoría de los agricultores no han podido vender sus producciones. El, en concreto, aún tiene unos 3.000 kilos de este año sin vender. Y sin afirmarlo, manifiesta la sospecha que circula entre los productores: Directivos de la cooperativa están gestionando la venta de higos en la zona, pero de forma aleatoria, "creemos que están gestionando las producciones de aquellos que no han denunciado el caso".

Ante esta situación, son muchos los que no saben si gestionar la venta de los higos por cuenta propia o hacer un llamamiento a la intervención judicial de la cooperativa para que les dé una solución. "Creo que la intervención judicial debería dar una solución y no hacer desaparecer este medio de venta y comercialización de nuestros productos".