Los conflictos suscitados por el hiyab han sido mínimos, y ninguno en Extremadura, pero han abierto agrios debates. La Administración rehúye la prohibición y deja que sea el profesorado el que lidie en cada centro con esa espinosa cuestión. Pero el profesorado que cuenta en su centro con grupos de alumnas en esa situación preferiría disponer de indicaciones claras acerca de cómo han de actuar. En cualquier caso, se ha dejado claro que el derecho de escolarización pasa por delante de cualquier otra consideración.