José Antonio Cabrera tiene 43 años y lleva ya casi uno en el paro. Sufre una cifoescoliosis, una patología que consiste en una curvatura anormal de la columna vertebral y que le limita enormemente a la hora de buscar trabajo. "Si ya es complicado encontrarlo en condiciones normales, más todavía en mis circunstancias", lamenta José Antonio. "Yo no puedo acceder a cualquier tipo de empleo, ya que mi problema me impide, por ejemplo, levantar mucho peso, agacharme con frecuencia o estar demasiadas horas de pie", agrega.

Casado y con dos hijas, este pacense estuvo trabajando durante quince años como camarero pero su problema físico le obligó a dejar esta ocupación ya que "eran diez o doce horas de pie todos los días", explica. Posteriormente también probó como auxiliar de seguridad.

Durante los últimos meses ha estado formándose. Ha realizado un curso de iniciación a la informática y ha obtenido el carnet de conductor de autobús. Sin embargo, ahora, ante las dificultades para encontrar empleo en otro sector, José Antonio está considerando la posibilidad de trabajar de nuevo en la hostelería. "En julio del año pasado nos dieron el piso y empezamos a pagar la hipoteca y en octubre me quedé en el paro, y pronto ya se me acaba la prestación....".

"He echado currículos en todas partes, también a través de internet", continúa José Antonio. Admite que su ánimo se ha resentido en los últimos meses --"Estás encerrado en casa todo el día, dándole vueltas a la cabeza", indica--, pero añade que "no puedes venirte abajo. Si te metes en una depresión también la acaba sufriendo tu familia".