Agentes de la Guardia Civil destinados en Cataluña han asegurado que sus hijos están sufriendo acoso en la escuela a raíz de las últimas actuaciones policiales relacionadas con el referéndum del 1 de octubre. Uno de los puntos más calientes es Sant Andreu de la Barca, donde se encuentra el cuartel de la Guardia Civil más grande de toda Cataluña, pero también se han registrado incidentes en centros educativos de Premià de Mar y Olot, entre otras poblaciones.

La Conselleria d'Ensenyament ha encargado a los directores de los centros educativos implicados que investiguen lo ocurrido y ha puesto los servicios jurídicos del departamento a disposición de quienes lo necesiten. De momento, afirma una portavoz de la 'conselleria' que dirige Clara Ponsatí, los docentes de Sant Andreu de la Barca a los que se acusa de señalar a sus alumnos, "niegan por completo que eso sea cierto".

Algunos agentes, padres de niños menores de edad que se escolarizan en Sant Andreu, han alertado de que tras el 1-O en el instituto Palau se instó a los alumnos a salir al patio en protesta por la "violencia policial", ante lo cual muchos de los hijos de los efectivos de la benemérita se sintieron presionados y secundaron la condena para no quedarse en clase y ser señalados.

Una estudiante de 15 años pidió poder abandonar la clase, después de que, según su versión, un profesor hablara el lunes sobre la violencia policial vivida el día anterior. La joven reprochó al docente que estuviera haciendo una generalización y le recriminó que fuera tan injusto.

El coordinador en Catalunya de la Asociación Española de Guardias Civiles, Bartolomé Barba, ha asegurado en declaraciones a distintos medios de comunicación, que también se pidió a los alumnos que manifestaran, "uno por uno", su opinión respecto a los sucedido el domingo durante la votación, tras lo cual algunos de los menores "llegaron llorando a casa".

De hecho, Barba ha señalado que están estudiando con abogados la posibilidad de presentar una querella ante la Fiscalía de Menores para que los tribunales decidan si se ha incurrido en un delito "de acoso a menores e incluso de odio".

En otros municipios

También se quejan de problemas similares agentes destinados en Premià de Mar (Maresme), donde un agente ha explicado que al hijo de un compañero, estudiante de primaria en una escuela concertada, el lunes le llamaron "hijo de puta fascista y asesino" en clase.

Asimismo, ha relatado que a su propia hija, estudiante de primaria, le increparon el día 20 de septiembre, tras la entrada de la Guardia Civil en varias 'consellerias' de la Generalitat: "Le dijeron que los agentes éramos unos asesinos y unos matones".

También en esta población, la hija adolescente de otro guardia lleva desde el lunes sin ir a clase, ya que cuando otros compañeros le llamaron "fascista" y "asesina" pidió que le recogieran del centro y ahora no quiere regresar "por miedo".

Este agente ha destacado que, tras quejarse en el centro escolar, desde dirección le aseguraron que se tomarían medidas para que no se repitieran escenas de este tipo, pero lamenta que el profesorado no es suficientemente "duro" con este tipo de acoso.

Otro caso lo detalla un agente de una población costera del Baix Empordà, que critica que en el colegio de primaria de sus hijas, que es público, el lunes se proyectaron imágenes de las cargas policiales que tuvieron lugar en diferentes locales de votación del territorio catalán y se celebró un minuto de silencio para las "víctimas".

El mismo agente precisa que nunca antes habían vivido una situación de este tipo y que la relación con el centro y con todos los padres es buena, pero reprocha que se les explicara a los niños "que los 'polis' son malos" porque su hija mayor llegó a casa llorando.

Expulsado a gritos de "facha"

Más tensa es la situación que ha vivido el hijo de 20 años de un guardia civil que estudia formación profesional en un centro privado de Olot (Garrotxa). Según ha narrado el agente, destinado en otra población gerundense, el lunes hicieron un debate en clase en el que se expuso que los guardias civiles eran "asesinos y represores", y cuando el muchacho dijo que era hijo de Guardia Civil y le defendió le echaron del aula al grito de "facha".

"Nosotros somos de aquí, hablamos catalán y yo nunca he pegado un palo a nadie. Esta es nuestra casa, pero en cuanto pueda pedir el traslado, lo haré", ha lamentado.