Las parejas homosexuales extremeñas, salvo excepciones, prefieren mantener su relación en la intimidad. A pesar de que aseguran que en los últimos años se han producido cambios a mejor en la región, el temor a las reacciones en los ámbitos familiares y laborales impide todavía que se pueda mostrar la realidad de este tipo de uniones en la comunidad. El último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) recoge la existencia de 77 parejas homosexuales censadas en Extremadura, 50 de gays y 27 de lesbianas, unas cifras que, según indican desde la Fundación Triángulo --el colectivo extremeño de gays y lesbianas--, no son el reflejo de la realidad.

El portavoz de la fundación, José María Núñez, señala que es la primera vez que ofrece ese dato por parte del INE, "pero creemos que esas cifras no son representativas de la realidad. Muchos no reconocen que conviven en pareja y entiendo que debe pasar todavía un tiempo para que esto se reconozca".

¿Cuál es la razón? Aunque cada vez hay más parejas que manifiestan abiertamente su sexualidad, sostiene Núñez, "todavía muchos tienen miedo de que se conozca su condición". El colectivo de gays y lesbianas de Extremadura ha denunciado en varias ocasiones que los homosexuales todavía encuentran dificultades para vivir en la región, principalmente por el cariz rural de la comunidad extremeña.

CIERTA DISCRIMINACION Desde la fundación sostienen que hay una cierta discriminación hacia los que tienen una sexualidad diferente y apuntan otro dato: el colectivo gay está más aceptado en Extremadura que el de lesbianas. Curiosamente, el informe del Instituto Nacional de Estadística señala que las parejas reconocidas de mujeres son la mitad que las de hombres --aunque existe casi el mismo número de uniones homosexuales de uno y otro sexo donde, al menos, uno de sus componentes estuvo antes casado--.

A pesar de todo, el colectivo homosexual de la región es unánime al afirmar que en los últimos años se ha avanzado mucho, principalmente a nivel institucional, aunque señalan que los avances sociales no han ido parejos a los legales. En cuanto al registro de parejas de hecho tampoco parece funcionar entre los homosexuales. Según los datos, sólo una de cada diez parejas de gays o lesbianas decide inscribirse, ya que consideran que ello les aporta pocos beneficios.

Núñez mantiene que los registros de parejas de hecho están "muy bien como avance, pero la realidad es que significan poco más que la constatación de una unión. No aportan seguridad jurídica o cobertura sanitaria, entre otras cosas, como sí ocurre en un matrimonio convencional". Por ello, reconoce, muy pocas parejas están dispuestas a entrar en ese proceso.

De momento la situación jurídica y social de los gays y lesbianas españoles es muy distinta en función de la comunidad

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