El laureado torero Antonio Ferrera Sanmarcos manifestó que la entrega de la Medalla de Extremadura compensa con creces la dureza y el peligro que conlleva su profesión y aseguró que la recogía "lleno de orgullo. Hoy me considero un privilegiado y aceptó con humildad esta medalla".

Además, mostró su agradecimiento a la Junta de Extremadura por esta distinción y aseguró que "siempre me he sentido extremeño y así lo he transmitido por todos los sitios por donde he ido y viajado. Y he llevado con mucho orgullo esa condición de extremeño que veo recompensada ahora", relató.

En su alocución, el torero utilizó un lenguaje salpicado de la jerga taurina, realizó "un brindis" de papel dedicado a todos los extremeños y tuvo un recuerdo para su hermana a la que calificó como su verdadera ángel de la guarda que le hace el quite en los momentos difíciles.

Antonio Ferrera es de Villafranco del Guadiana y como torero tomó la alternativa hace diez años. Desde entonces ha tenido una gran trayectoria que le ha llevado a triunfar en muchas plazas.