Cuando Marc enfiló ayer la ronda de Francesc Camprodon con su silla de ruedas, los dueños del bar se tiraron encima de él. Sus amigos del bar Ronda salieron corriendo para abrazarle mientras unos y otros gritaban, reían, no paraban de mover la cabeza de un lado para otro como si no se acabasen de creer lo que les estaba pasando. Junto a Marc Torres, de 25 años, su madre lloraba de alegría a la vez que sostenía un sobre del Hospital Vall d´Hebron de Barcelona, de donde acababan de llegar tras una visita médica.

"Perdí las dos piernas este año en un accidente de tráfico con la furgoneta del trabajo. Ha sido horrible pero, mira, hoy me han tocado 50 millones de pesetas y se ve todo de otra manera", confesaba un sonriente Marc delante del bar donde suele desayunar. Vive con su madre, Merc¨ Crous, en el mismo edificio y, como siempre, tenían un décimo cada uno del 20.085. "Mi otra hija no compró ningún número porque su marido le dijo que era igual. Me ha llamado llorando y diciendo que nunca más le hará caso", explicaba.

20 años con el número

Marc explicó que el dinero sería para una casa, seguramente un sitio de más fácil acceso con la silla de ruedas que el estrecho Ronda, donde ayer costaba entrar. Los habituales fueron pasando por el local que regentan Josep Calzado y Maria Angels. El, diciendo que así pagarían algunas deudas; ella, contestando temblorosa el teléfono. Su hija Alexandra, sola en el negocio cuando saltó la noticia del premio, corría de un lado a otro pletórica. "Hemos repartido 20 series, un total de 200 décimos de este número. Hace cinco años que llevamos el bar pero, cuando llegamos, ya hacía casi 20 que el Ronda jugaba siempre el mismo", relató la joven.

El gordo tuvo ayer éxito en el sector de la hostelería. Desde el bar Ronda se repartió, por lo menos, a otros dos. "Tenemos un bar y nos habíamos intercambiado el número con ellos --explicaba desde la barra Eva García--. Estábamos desayunando cuando lo hemos visto por la tele y hemos venido hacia aquí". García y su marido, Paco Priego, tenían un décimo. "Nos servirá para pagar lo que debíamos y vivir un poquillo mejor", exponía la mujer.

Quien pensaba afrontar la reciente inauguración de su restaurante en Els Hostalets de Baleny con otro humor era Toni Codina. Con un gorro de Papá Noel, entró chillando en el Ronda dando las gracias a Josep Calzado: "Eres el mejor, eres el mejor", insistía mientras le besaba en la cabeza. El también tenía un décimo del número mágico. El barrio se convirtió en un continuo bocinazo de coches, carreras entre el Ronda y la repartidora de la suerte, ya que la administración de lotería número 3 está a pocos metros del bar.

Un sitio de paso

Junto a la rotonda de la carretera de Puigcerd , el Bar Restaurant Nou Pamplona decidió ayer que solamente serviría a las mesas que habían reservado las comidas de Navidad. Además, los cuatro trabajadores de Carme Crivillers pensaban hacerlo más contentos que nunca. El establecimiento había vendido 1.200 participaciones del primer premio en boletos de 10 euros cada uno, que representan 150.000 euros.

"Ha sido un número muy repartido porque éste es un sitio de paso, un lugar de encuentro para la gente de la comarca. También vienen muchos camioneros: ¡estamos muy felices!", señalaba Crivillers. Una de los últimas participaciones que dio la mujer fue para Quima, que se reía: "Insistió en que me llevase uno la noche del 21 y le dije que pondría una vela para ver si nos tocaba". Y tocó.