El presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, destacó ayer el "éxito" de la primera Conferencia de Presidentes celebrada en el Senado, una reunión con la que, según dijo, José Luis Rodríguez Zapatero "ha firmado el acta de defunción de la visión centralista del Gobierno que hasta ahora se había tenido".

Rodríguez Ibarra explicó que aunque España es ya un país descentralizado, lo cierto es "que la coordinación entre las comunidades y el Gobierno no ha existido nunca y si ha existido ha sido de forma arbitraria en función del humor del Gobierno de turno". En este sentido, argumentó que hasta la fecha el país ha funcionado "con dos administraciones paralelas que nunca se han encontrado", una situación con la que "no ha ido mal" y se podía haber seguido "25 años más". Sin embargo, el presidente extremeño tiene claro que "ese esquema significaba sin duda pérdida de eficacia en la gestión y resolución de los asuntos que afectan a los ciudadanos".

Por eso, apunta que "esta nueva visión", que implica el reconocimiento de que "se debe gobernar desde Moncloa y desde las comunidades", contribuirá " a ganar eficacia para los ciudadanos y a fortalecer las partes y el conjunto" del Estado.

UNANIMIDAD Por lo que se refiere a los asuntos concretos que se trataron, Ibarra destacó que hubo unanimidad en cuatro puntos. En concreto, los dirigentes regionales coincidieron en que la Conferencia de Presidentes debe institucionalizarse; hay que acometer la reforma del Senado; hay que modificar el funcionamiento de las conferencias sectoriales; y se debe redefinir la representación de España en la UE.

A su juicio, el hecho de que haya un acuerdo total en estos cuatro puntos hace que la reunión "haya sido un éxito". Así, una vez que los presidentes han detectado esos campos deficitarios son otros órganos --los consejeros, el Parlamento o incluso las propias comunidades-- los que deben acometer esas reformas cuya "necesidad" ha marcado la conferencia.

Otro de los puntos que reflejó la intervención de Ibarra en el encuentro de ayer fue la importancia de que estos cambios se lleven a cabo "con el mayor consenso posible" y "desde luego" con el acuerdo de los dos grandes partidos nacionales, el PP y el PSOE. Asimismo, será un requisito que haya en todo momento "una enorme lealtad" entre los miembros de la conferencia, lo que se traduce en que los presidentes regionales que quieran acometer reformas estatutarias las planteen en este órgano.

Además de esa lealtad, apostó por profundizar en un conjunto de reformas dirigidas a garantizar la "igualdad" entre los territorios. Ibarra aclaró en este sentido que él defiende la identidad de algunos territorios, pero entendiendo que "no da derecho a un plus de privilegio".

Respecto a la próxima cumbre autonómica, que tendrá lugar en mayo o junio del 2005, el presidente de la Junta presentó ayer una propuesta para que en ella se aborde "el debate entre la España rural y la España urbana", un asunto que considera "fundamental". En su opinión, debe quedar claro de una vez si se apuesta porque los ciudadanos puedan seguir viviendo en sus pueblos. "Si la respuesta es sí habrá que tomar decisiones, especialmente en lo que se refiere a la financiación municipal", apostilló.

Por último, se refirió a los problemas históricos que ha planteado la reforma del Senado. Recordó que los partidos siempre han delegado los detalles de la reforma en los senadores actuales pese a que lo que se propone "significa el harakiri" para ellos... "y nadie está dispuesto a hacerse el harakiri".