La candidatura de Cáceres a la capitalidad cultural europea del 2016 centró el acto con motivo de la Entrega de Medallas de Extremadura y del Día de Extremadura celebrado anoche en la capital cacereña. El presidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, incidió especialmente en su discurso institucional en la necesidad de que los extremeños se unan, independientemente de su ideología, raza o lugar de nacimiento, para afrontar el reto de conseguir que Cáceres sea el centro de Europa en el 2016, y "que a partir de mañana y hasta el 2012 en que se decide la capitalidad, además de extremeños, seamos también cacereños".

El presidente de Extremadura incidió en que no contempla "la hipótesis de un fracaso" y advirtió de que "siempre que los extremeños nos hemos propuesto algo grande en común, lo hemos conseguido de una forma u otra", para lo que repasó algunos de los momentos más recientes de la historia extremeña --la consecución de la universidad y de la autonomía política, el rechazo a una segunda central nuclear, los efectos de la reforma agraria o la creación de un tejido empresarial propio--.

Se trata, aseguró, de impulsar entre todos los extremeños un título que "Cáceres merece y Extremadura también", aunque destacó la importancia de no basar el trabajo en "hacer una exhibición de nuestro patrimonio", ya que "tenemos la obligación de hacer de la cultura algo más que un patrimonio heredado".

El reto que tienen los extremeños ante el 2016, según Ibarra, es demostrar que "somos un pueblo culto, es decir, un pueblo con conciencia plena de ciudadanía, que pone en práctica los valores fundamentales de la vida en común". Para ello, planteó dos desafíos: acabar con los barrios marginales en cualquier ciudad de la región, porque "es más culto enseñar todos los barrios habitables que veinte palacios de congresos"; y como segundo reto "exhibir una cultura solidaria, hospitalaria y comprensiva con quienes tienen un color de piel distinto al nuestro, de quienes tienen creencias distintas, y que han venido a nuestro país buscando la libertad y la dignidad".

La lucha por la capitalidad, incidió el jefe del Ejecutivo regional, es una "excusa perfecta para ponernos exigentes con nosotros mismos" e insistió especialmente en que no sirven las "excusas de perdedores" y que si los extremeños se ponen a trabajar en este proyecto es "para ganar, para llevarnos el santo y la limosna, para traernos la distinción y darnos el gusto de hacer del 2016 el año en el que, de la mano de Cáceres, Extremadura dejó de ser una desconocida en todos los rincones de Europa".

LOS PROTAGONISTAS El sueño de Cáceres 2016 también quedó simbolizado anoche en las personas que recibieron la Medalla de Extremadura durante el acto celebrado en el Auditorio de Cáceres y que, de alguna forma, rompía la tradición de los últimos años en el que el marco elegido era el Teatro Romano de Mérida. Ibarra destacó de todos ellos el compromiso que mantienen con Extremadura y el trabajo que les ha llevado hasta donde están.

Uno de los momentos más emotivos de la gala se vivió cuando el nieto y la nuera de la fallecida Concepción Alvarez, dueña del restaurante La Troya de Trujillo, recogieron el galardón mientras se proyectaban imágenes de doña Concha --como era conocida popularmente--.

Tras ella, fueron distinguidos el jugador de baloncesto de la NBA y de la selección española --con la que acaba de proclamarse campeón del mundo-- José Manuel Calderón, que mostró emocionado su compromiso de convertirse en un "auténtico embajador de la región".

Por su parte, el artista Miguel Sansón hizo un llamamiento a los extremeños porque "a todos nos toca participar en la creación de Extremadura", mientras que Cecilio Muñoz, presidente de la Comisión del Festival Grecolatino, incidió en la importancia de educar en valores. Por último, Santiago Castelo, subdirector de ABC, reivindicó la importancia del regionalismo.

El acto se completó con el espectáculo Con el mismo acento. Extremadura , especialmente concebido para la ocasión.