La petición de que se reconozca la extremeñidad de Guadalupe fue una de las reivindicaciones del presidente del Gobierno autonómico, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, en el acto central de la celebración del Día de Extremadura. "No es un capricho, ni siquiera una reivindicación. Es una necesidad". Ibarra reclamaba así el paso de Guadalupe a la región eclesiástica extremeña "como un símbolo identitario que nos refuerza y nos une".

En el discurso institucional también tuvo alusiones irónicas a las pretensiones nacionalistas, dentro de un acto general en el que primó la emoción por el reconocimiento que recibieron los galardonados con las medallas.

Un año más, el Teatro Romano de Mérida se llenó para celebrar el día de la región, y el acto siguió el guión habitual. Tras los himnos y el izado de banderas, acompañado esta vez por la suelta de globos que formaron sobre el cielo emeritense las enseñas nacional y extremeña, la primera intervención corrió a cargo del alcalde de Mérida, Pedro Acedo, quien en su calidad de anfitrión protagonizó un discurso de marcado carácter regionalista y llamó a superar los localismos.

Después, uno tras otro, fueron desfilando por el escenario los galardonados de este año, y la emoción subió muchos grados, especialmente cuando llegó el turno de los Juegos Extremeños del Deporte Especial (Jedes) o del homenaje a Dulce Chacón, cuya medalla agradeció su hija María, que tuvo que interrumpir su intervención al no poder contener las lágrimas, o el de Talayuela, cuyo alcalde pidió "ánimo y ayuda" para que su pueblo siga siendo ejemplo de integración.

IRONIA Y PETICION Con todo, el momento cumbre de emoción se vivió al subir Alberto Ruiz Gallardón, alcalde de Madrid, a recoger el reconocimiento de Extremadura a los madrileños por su reacción ante el 11-M. Pocas veces un acto en este marco, ni siquiera las representaciones teatrales de más éxito, habían visto aplausos tan prolongados como los que recibieron al edil madrileño.

Luego llegó el momento del discurso institucional. Arrancó Ibarra ironizando sobre los nacionalismos, tras opinar que "no creo que la cuestión territorial sea una preocupación preferente para los españoles", para agregar que "hay pueblos que aparecen constantemente en periodo de infantilismo en el que buscan un cambio de nombre que les haga aparecer como algo distintos de lo que son", y citar apellidos como "región de prosperidad" o "históricos".

Además, advirtió que esto se hace porque se piensa que "después vienen los réditos dinerarios", lo que lleva a muchas regiones a "recordar su carácter histórico, a exhibir blasones apolillados, a querer ser nacionalidades y cosas así, al pillaje sin escrúpulos".

Por ello, el presidente de la Junta llamó a Extremadura a mostrarse como región española, y a exhibir su esfuerzo en vez de "dudosos títulos nobiliarios".

Sobre el lema de esta edición del Día de Extremadura, Ibarra explicó que la región quiere imaginar el futuro pero también profundizar en el pasado, en la espiritualidad extremeña, y para ello reclamó que la Iglesia resuelva el contencioso de Guadalupe "como germen y fermento de lo extremeño".

Recordó además que la elección de la fecha para celebrar el Día de Extremadura tuvo mucho que ver con esta intención de pedir "el reconocimiento de la extremeñidad de Guadalupe" como "elemento esencial de la personalidad histórica de la región".

Rodríguez Ibarra instó al nuevo arzobispo de Mérida-Badajoz, Santiago García Aracil, a continuar con los pasos dados hacia esta integración de Guadalupe en Extremadura por su antecesor Antonio Montero, labor en la que contará con la ayuda de todos los extremeños.

ARZOBISPO OPTIMISTA Respecto a este asunto, García Aracil indicó que "conozco el problema" y agregó que "tomo buena nota, aunque no depende de mi". Sí afirmó que estaría "atento a todas las reivindicaciones", y señaló que nunca se había parado de trabajar en este camino.

Sobre las perspectivas de resolución aseguró que la decisión corresponde al Vaticano y que "son frutas que van madurando" por lo que aseguró que "no soy pesimista" si bien matizó que "no debo mostrar mi entusiasmo para no ser equívoco"