El medio centenar de forenses que desde el miércoles trabajan a destajo en el laboratorio improvisado en uno de los pabellones de Ifema ya había identificado a las nueve de la noche de ayer a 49 de los 153 cadáveres. Se trata de los cuerpos menos dañados por las llamas y que conservaban objetos personales que han podido ser reconocidos por sus familiares. Aun así, la confirmación oficial de sus identidades necesitó el cotejo de huellas dactilares.

Los forenses, que trabajan codo a codo con la policía científica de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía (CNP), tienen todavía sobre la mesa 104 cuerpos a los que falta asignar un nombre y unos apellidos. De este grupo, 24 podrán ser identificados por huellas. El resto, 80, fueron trasladados al tanatorio del cementerio de la Almudena, donde deberán ser identificados mediante las pruebas de ADN.

La utilización de un método u otro de identificación está en función del estado de cada cuerpo. Los 24 cadáveres a los que se les podrá conseguir una réplica de sus huellas conservan la marca dactilar, pero ningún elemento exterior que pueda ser cotejado con la información aportada por sus familiares. Aun así, la identificación no será complicada. Los forenses cuentan con la lista completa de los fallecidos. De los españoles, el CNP tiene en sus bases de datos las huellas dactilares que dieron en su día para tramitar el DNI. El trámite se reducirá a cotejar las huellas dactilares de esos 24 cadáveres con las de todas aquellas víctimas que falta por identificar.

Más laboriosos serán los trabajos para identificar a los 80 cadáveres mediante el procedimiento del ADN.