Es un plan improvisado ante un contexto de máxima contingencia y angustia. Pablo Iglesias y los comuns han decidido crear una coalición electoral exprés que lideraría Xavier Domènech para concurrir al 21-D. Las marcas Catalunya En Comú (partido de Ada Colau) y Podem estarían presentes en las papeletas y más adelante ambos sujetos consolidarían su confluencia en una integración orgánica. La propuesta (que deberán ratificar las bases) implicaría desalojar de facto al líder de Podem, Albano Dante Fachin, a quien el secretario general de los morados señaló este lunes la puerta de salida tras haber planteado la posibilidad de concurrir con los independentistas a los comicios autonómicos.

«Si hay compañeros que se sienten más cómodos en ERC o la CUP, tienen que seguir su propio camino», advirtió. Y le situó «políticamente fuera» de Podemos. La efectividad del plan depende en buena medida del propio Fachin, que no respondió al ataque del aparato estatal en caliente y tiene prevista una comparecencia hoy en Barcelona. Desde Madrid observan que, aunque es el líder legítimo, su conducta «ha dañado la imagen» del partido, lo que en lenguaje podemista post-Vistalegre 2, implica poder ser destituido en base a unos nuevos estatutos aprobados por la ejecutiva y a una Comisión de Garantías (tribunal interno) convenientemente purgada para ser dócil al secretario general.

Fuentes podemistas señalaron a este diario que el plan se precipitó in extremis el domingo por la noche. Tras el enfado que causó en la cúpula estatal que Fachin no informase de su posición en la votación de la declaración unilateral de independencia (DUI) en el Parlament el viernes, el dirigente catalán, arropado por su dirección, planteó abrir el diálogo con los partidos independentistas para explorar la posibilidad de concurrir juntos el 21-D. Su corriente, los anticapitalistas, emitió además un comunicado en el que saludaba la nueva república catalana.

A Iglesias se le terminó la paciencia y puso en marcha su personal política de hechos consumados. Desautorizó a Fachin, intervino Podem y convocó un referéndum interno (aún sin fecha, pero inminente) para que los inscritos decidan si deben presentarse a las elecciones y con quién.

El estallido de la crisis interna deslució el acto de apuesta por la plurinacionalidad que Podemos puso en escena ayer lunes en Madrid, donde estuvo Domènech. Desde el escenario, Iglesias se distanció de ERC y la CUP, una posición fijada desde hace dos semanas tras recibir multitud de quejas de dirigentes morados, como la de la cofundadora Carolina Bescansa. «El independentismo ha fracasado», sentenció. Admitió que el 1-O fue «una votación imponente y épica», pero al ser «ilegal» e «ilegítima» «no da derecho a imponer un Estado de manera unilateral». Defendió un referéndum pactado con tres opciones de respuesta: sí a la independencia, no, y reconocimiento de Cataluña como nación dentro de España.

DEPENDENCIA ORGÁNICA / La marca catalana de Podemos no es autónoma, depende del aparato estatal y no está integrada orgánicamente en Cataluña En Comú (que une a comuns e ICV), puesto que Fachin abortó el acuerdo que habían tejido durante meses Iglesias y Domènech.

Hasta ahora, todas las consultas internas las ha ganado Fachin. También es cierto, insisten fuentes podemistas, que siempre ha convocado él, mientras que en esta ocasión la pregunta la plantea Madrid y el proyecto cuenta con un candidato como Domènech, que podría inclinar la balanza a favor de Iglesias. Aun así, la mayoría de los inscritos con derecho a voto en Podem son cercanos a las posiciones cupaires, de modo que el referéndum es, en sí mismo, un riesgo.

Fuentes del partido morado admiten que el plan «se improvisa» y que existe una «enorme preocupación» por «la sangría» que vaticinan las encuestas. Los podemistas temen repetir un pinchazo como el del 27-S del 2015 cuando quedaron como quinta fuerza en el Parlament con Catalunya Sí que es Pot. Entonces, los comuns frenaron a última hora su disposición a ir en la candidatura.

En esta ocasión, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, auspicia el acuerdo y ha sido la primera en hacer pública su apuesta por Domènech para liderar la candidatura. Las conversaciones sobre la confección de la lista no han trascendido, pero lo harán: las coaliciones electorales tienen hasta el 7 de noviembre para quedar registradas en el Ministerio del Interior.