El fuego volvió a azotar ayer al oeste extremeño, y particularmente Alía. Un mes después de registrarse el peor incendio del verano en la región, las llamas volvieron a asolar parte de esa población de Los Ibores. El viento propició que el incendio cruzara el límite entre provincias y entrara en Toledo por Sevilleja de la Jara. En una estimación inicial, en Extremadura las hectáreas que resultaron quemadas oscilarían en una horquilla de entre 850 y 1.100 hectáreas.

El incendio se originó a las 13.43 horas en Puerto Rey, pedanía de la localidad cacereña de Alía y afectó principalmente a zonas de monte bajo, pinar y eucalipto. Según los primeros datos, el fuego podría haber sido intencionado. El alcalde de Alía, Gabriel Archilla, aseguró a Efe que había comenzado por seis o siete puntos y que llegaron a encontrarse mechas que demostraban este hecho. Efectivos del Plan Infoex en la zona coincidían con esta apreciación. "Quien lo ha hecho sabía lo que hacía y los resultados que tendría, sobre todo por la trayectoria del viento", señalaron a EL PERIODICO.

Dadas las características y la dimensión del mismo, la Consejería de Desarrollo Rural de la Junta de Extremadura decidió decretar la alerta 1 ante la necesidad poner en práctica medidas para la protección de las personas y de bienes no forestales que pudieran verse amenazados por la trayectoria del fuego. Al cierre de esta información, las llamas estaban controladas en la parte extremeña y la Junta decidió levantar esta medida.

Durante la tarde, los servicios de extinción de incendios habían llevado a cabo una perimetración de Puerto Rey ante la proximidad del incendio. Varios equipos de maquinaria pesada dispuestos por los gobiernos regionales de Castilla-La Mancha y Extremadura crearon una franja de defensa en las inmediaciones de la localidad, dado que el fuego se llegó a aproximar hasta unos 3 kilómetros de la pedanía.

En la provincia de Toledo, unas 150 personas fueron evacuadas de la pedanía de Minas de Santa Quiteria, cercana a Sevilleja de la Jara. La Consejería de Medio Ambiente de Castilla La Mancha acordó el desalojo como medida preventiva. Durante la tarde de ayer trabajaron en las tareas de extinción de este incendio, un total de 24 retenes terrestres, dos brigadas y dos retenes helitransportados, diez máquinas pesadas, 15 medios aéreos, así como personal técnico.

Esta zona limítrofe entre Toledo y Cáceres se ha visto afectada por varios incendios este verano. Al localizado en Villuercas-Ibores del pasado mes de julio se une otro registrado el pasado 4 de agosto, posiblemente intencionado, en Minas de Santa Quiteria, cerca de la frontera con Extremadura. El fuego arrasó entonces más de 500 hectáreas.

EL OTRO FOCO Diez minutos después de declararse el incendio en Alía se daba aviso de un segundo fuego en la región, localizado en el norte de la comunidad. El fuego tuvo lugar en el puerto de San Gamello, en el término municipal de Cabezabellosa, a poco más de diez kilómetros de Plasencia. Al lugar de los hechos acudieron tres camiones, seis retenes y cuatro helicópteros de la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente, dos helicópteros con nueve personas

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