Extremadura entrará el próximo año en el negocio de la biotecnología, un sector en auge en todo el mundo y que cuenta con un elevado valor añadido, y lo hará a través de la iniciativa de una empresa privada, Laboratorios Larrasa, al contrario de lo que está ocurriendo en otros lugares, en los que la industria biotecnológica suele generarse a partir de proyectos creados en las universidades.

Esta empresa, de Jerez de los Caballeros, abrirá en enero del 2007 en el municipio pacense de La Albuera un laboratorio de alta seguridad biológica especializado en chips de ADN para el sector cárnico y animal y en la búsqueda de vacunas para animales y humanos.

La empresa, que cuenta actualmente con cinco investigadores, trabaja en dos grandes líneas de investigación y desarrollo, como son la genómica animal y la producción de reconvinantes de membrana para el desarrollo de vacunas. Pero el objetivo de la empresa no es sólo investigar, sino producir los chips y las vacunas. Los dos proyectos cuentan con un importante mercado tanto en España como en Europa.

INVERSION Y PLAZOS El centro de alta seguridad biológica se encuadrará en un edificio de 650 metros cuadrados que empezará a construirse este mes y cuya previsión es que esté finalizado en diciembre para que pueda entrar en funcionamiento los primeros días del próximo año. El presupuesto ronda los dos millones de euros y el proyecto está dividido en dos fases, una primera en la que se invertirán más de 1,2 millones de euros para la construcción del edificio y su puesta en marcha, y una segunda en la que se emplearán 600.000 euros para llevar a cabo la investigación de las vacunas.

"Cuando empezamos a mover la idea en el Ministerio de Industria me preguntaban que por qué quería desarrollar el proyecto en Extremadura. ¿Por qué no? Tenemos que demostrar que en Extremadura se puede hacer lo que se quiera. Vamos a crear un grupo de investigación con gente extremeña y procedente de la Universidad de Extremadura y vamos a desarrollar tecnología propia", advierte el promotor de la iniciativa, José Larrasa.

Este joven doctor en Veterinaria por la Universidad de Extremadura, de 33 años, rechazó quedarse en Escocia como investigador en uno de los centros más prestigiosos de Europa --en el que se desarrollaron los trabajos de clonación de la oveja Dolly--. Tras un año en Escocia Larrasa decidió volver a Extremadura y montar su propia empresa. Al principio se centró sólo en trabajos veterinarios, pero a medida que se incorporaron nuevos investigadores al proyecto y se realizaron contactos con la universidad extremeña se fue gestando la idea de especializar la empresa en biología molecular.

Los chips de ADN que desarrollará el equipo de investigadores extremeños están dirigidos al sector cárnico y animal y permitirán conocer qué animales tienen más grado de engrasamiento, cuáles presentan mayor resistencia a los virus o qué capacidad de proliferación tienen. El objetivo es aplicar sus primeros chips al sector del ibérico.

En cuanto a la producción de proteínas reconvinantes, "un proyecto genuinamente extremeño", advierte Larrasa, permitirá desmenuzar el ADN y analizar las proteínas para encontrar y desarrollar vacunas tanto para animales como para humanos.

El proyecto se encuentra ya en fase de captación de un socio financiero que apoye la expansión de la empresa, ya que el fin no es sólo investigar, sino fabricar los chips de ADN y las vacunas. Para ello, Larrasa sostiene que ya se está negociando con una entidad similar a las de capital riesgo y también mantienen contactos con la empresa pública Fomento de Emprendedores.