Antes trabajaba como asalariada en una empresa privada, pero llegó el recorte de personal debido a la crisis y ella fue una de las que tuvo que replantearse la vida. Durante su primer año de paro estuvo pensando, informándose y limando ideas. En el segundo año de desempleo ya decidió dar el paso. De este modo, desde el pasado mes de abril, Inés María Nieto Rodríguez, de 41 años y residente en Badajoz, gestiona desde casa Aprolic, una empresa que asesora en proyectos de licitación pública a nivel regional y nacional, el sector al que siempre se ha dedicado.

Cuando compara una y otra manera de ser trabajadora, expresa: «Como autónoma eres tu propia jefa y te puedes organizar agenda y horario, vives con más flexibilidad y más libertad. Los puntos negativos es que no sabes lo que vas a recibir mensualmente y que estás obligada a saber de todo un poco para las facturas, los cobros...».

En relación a las mejoras que conlleva la nueva ley, subraya: «La tarifa plana de 50 euros -que ahora pasa de los seis primeros meses al año- es una ayuda cuando estás empezando, que es lo más duro. También veo muy bien que te puedas deducir el gasto de las facturas de luz, agua y teléfono si trabajas desde casa, que es mi caso».

Ante la situación del mercado laboral actual, manifiesta: «Yo recomiendo que si alguien tiene una idea, lo convierta en proyecto empresarial, pero conociendo bien antes todos los pormenores, porque ser autónoma no es un camino fácil».