En los últimos 20 años Extremadura ha logrado corregir los desequilibrios territoriales con que se encontraba a comienzo de los 80. La Junta ha reducido las fuertes carencias de infraestructuras territoriales que presentaba la comunidad, dotando a los extremeños de servicios básicos.

Partiendo de esta base, Ibarra planteó, para esta legislatura, la puesta en marcha de un Plan de Infraestructuras Viarias para el siglo XXI. Entre los principales ejes, apostar por actuaciones intermodales y el diseño de una Extremadura entrelazada por carreteras de gran capacidad.

Se cumplirán los plazos de las autovías autonómicas (Navalmoral-Plasencia y Miajadas-Don Benito) y se anunció la continuidad de un nuevo tramo desde Plasencia a la frontera con Portugal. Los nuevos compromisos de autovías del Gobierno central (Badajoz-Granada, Badajoz-Huelva, Cáceres-Trujillo o Mérida-Levante) pueden ayudar en la materialización de estos programas.

De igual manera, tras la firma del convenio con Renfe se ha avanzado en la modernización y en la mejora del servicio de trenes extremeños, aunque el proyecto se encuentra un peldaño por debajo de las expectativas iniciales. La idea estaría ejecutada en un 85%. La oferta atractiva para estudiantes sigue a la espera, como la potenciación de estaciones multimodales que posibiliten la interconexión de diferentes tipos de transportes. El AVE sigue bajo el compromiso de funcionar en el 2010.

Al ecuador de legislatura se llega sin grandes avances en la implantación de sistemas de localización GPS para las líneas regulares de autobuses y de transporte escolar, así como en el estreno de un plan de saneamiento y depuración de aguas en municipios de más de 2.000 habitantes.