--¿Es normal que el proyecto de refinería en Tierra de Barros acumule 54 meses de tramitación ambiental cuando las reformas en refinerías ya existentes se han resuelto en pocos meses?-- No es normal que se demore tanto, pero no es extraño en un caso como este. El proyecto es muy complejo y la finalidad de su evaluación ambiental es lograr el mejor proyecto posible. Los retrasos se producen porque se piden informes complementarios a otros departamentos de la Administración o al promotor para que modifique aspectos de su propuesta o defina mejor los detalles del proyecto.

--El alcalde de Villafranca habla de presiones para que el Gobierno paralice el proyecto.--Los técnicos del Ministerio de Medio Ambiente han demostrado en múltiples ocasiones su independencia y que sólo les mueve velar porque los proyectos que se autoricen sean ambientalmente viables. Si hubiera presiones, lo cual desconozco, sería solo en ámbitos políticos, no técnicos.

--¿A qué achaca esa demora en emitir la declaración ambiental?--La tramitación de este proyecto resulta muy compleja por su gran magnitud, por el entorno en el que se plantea, y porque requiere de consultas transfronterizas por posibles afecciones a un país vecino, Portugal. Además, la gran movilización ciudadana que ha suscitado añade complejidad al proceso de aprobación, pues las alegaciones a favor y en contra deben ser tenidas en cuenta.

--El presidente del Gobierno ha manifestado su deseo de acortar los plazos de la evaluación ambiental. ¿Es viable?--El retraso muchas veces se debe a factores ajenos al propio procedimiento, como las peticiones de información complementaria al promotor o demoras en recibir informes de otros departamentos de la Administración. No creemos que el problema se solucione acortando los plazos que determina la legislación, sino poniendo los medios necesarios para que se cumplan, que hoy por hoy no se están cumpliendo.

--¿Perciben cambios en este sentido en los últimos meses?--Desde las últimas elecciones se ha notado una dilución de las preocupaciones ambientales dentro del nuevo macro Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino. Si bien en el nombre figura en primer lugar el Medio Ambiente, su titular es la antigua Ministra de Agricultura, y eso se nota.

--¿Quiere decir que el nivel de exigencia era mayor con Cristina Narbona que con Elena Espinosa?--El nivel de exigencia es el mismo, y la preocupación por hacer de este instrumento una herramienta eficaz para lograr mejores proyectos creo que la comparten el equipo actual, el de Cristina Narbona y todos los anteriores. El problema es que sigue sin haber una apuesta clara de la Administración por sacar el máximo provecho de la Evaluación de Impacto Ambiental, y por tanto, siguen sin dedicarle los recursos necesarios para ello, en medios humanos y materiales. Estos servicios siguen siendo los hermanos pobres de la Administración, a los que se les responsabiliza de retrasos de los que muchas veces no son responsables. Hacen lo que pueden o lo que les dejan. Aquí meto en el mismo saco a las Administraciones autonómicas, que gestionan la mayoría de las evaluaciones.

hermanos pobres

--Bajo su punto de vista, ¿qué pros y contras tiene el proceso?--La evaluación es una garantía de que los criterios ambientales se tienen en cuenta en el proceso de toma de decisiones de un proyecto, un plan o un programa. De otra manera, quedaría al albur del promotor. Es un instrumento eficacísimo, bien utilizado, para mejorar los proyectos. Y las mejoras en integración ambiental se traducen también en proyectos más rentables económica y, lo que es más importante, socialmente. No olvidemos que la evaluación ambiental incluye un proceso de participación pública que permite a la ciudadanía expresar su parecer.El problema surge cuando las evaluaciones se convierten en puro trámite, en un paso burocrático más a cumplir por el promotor para que le autoricen su proyecto. Se convierte en una justificación ambiental, más que en una evaluación, y su provecho es nulo.

--¿Es muy diferente a lo que se hace en el resto de la UE?--Padecemos los mismos problemas y compartimos las mismas inquietudes. Nuestra diferencia es que por el sistema de Administración descentralizada, en la práctica tenemos 17 sistemas de evaluación ambiental, lo que dificulta mucho las tramitaciones, pues cada región tiene sus particularidades. Existen más diferencias entre las evaluaciones de alguna de nuestras regiones, que entre España y Portugal, por ejemplo.

--¿Y en participación pública?--Aquí sigue costando mucho que la ciudadanía participe, salvo en contadas excepciones de proyectos emblemáticos o polémicos, como la refinería. Pero es una parte esencial, pues sin participación pública aspectos como la aceptación social quedan difícilmente recogidos. Y debe ser leal, porque a veces se usa con fines que no son estrictamente ambientales.