TEtl continuo goteo de datos y previsiones adversas en la economía internacional y nacional de los últimos meses y la mayor sensibilidad del mercado laboral español ante el impacto de la crisis nos había llevado a la mayoría de analistas a esperar con especial atención --y preocupación-- los datos de la EPA del primer trimestre de este 2009. Estos datos, efectivamente, han confirmado nuestros temores --incluso los han superado-- de que la recesión en la economía española se ha intensificado fuertemente en los inicios del 2009. Si partimos de octubre del 2008, la reducción del empleo es de 1,26 millones de personas.

También hay que leer la letra menuda: mientras la industria y la construcción mantienen ritmos de destrucción de empleo similares a los del último trimestre del 2008, los servicios muestran una caída mucho más acelerada. El descenso de 455.000 empleados en este sector representa bastante más (un 59%) de la mitad del descenso total de ocupados en el mismo período (766.000), mientras que en el trimestre anterior --julio-septiembre del 2008--, los servicios solamente suponían una cuarta parte de la pérdida de empleo.

En resumen, pues, estamos ante unos datos claramente negativos, pero antes de dramatizarlos más de lo que su propia contundencia comporta, convendría hacerse algunas preguntas.

La primera es acerca de la profundidad de la recesión con relación a episodios previos. En la crisis de principios de los noventa, entre el máximo de ocupación del primer trimestre de 1991 hasta el tercero de 1992 se destruyeron 503 mil puestos de trabajo, mientras que en el mismo período de tiempo desde el tercer cuarto de 2007 se ha reducido la ocupación en 1,42 millones de personas. Por lo tanto, es evidente, que estamos ante un deterioro del mercado de trabajo de gran magnitud. Sin embargo, conviene también saber que, en términos relativos, la caída ha sido similar, acumulando un descenso del 6,0% entonces y del 6,9% ahora. Esto es así porque frente a los 13,1 millones de ocupados al inicio de 1991, en el máximo del ciclo actual se alcanzaron los 20,5 millones.

La segunda cuestión es el porqué del mayor ajuste de empleo en España con relación a otros países del entorno. Habría que señalar --con independencia del debate sobre el menor grado de flexibilidad del mercado laboral español respecto al de otros país y su incidencia en que aquí el ajuste sea más por disminución de puestos de trabajo que por reducción salarial-- el especial protagonismo que ha tenido el sector de la construcción en el aumento del empleo en la reciente fase expansiva, dada su elevada intensidad de mano de obra en un contexto de fuerte incremento de la producción inmobiliaria. Con el cambio de ciclo inmobiliario en 2007 se convirtió en el primer sector en destruir empleo y en el último año ha reducido la ocupación en casi 700 mil personas, situando su peso en el total en el 10,4%, cerca del nivel previo al boom .

Y una última pregunta relevante sería sobre la relación entre estos datos del primer trimestre de la EPA y el ciclo actual. Por un lado, a tenor de las previsiones, que no anticipan un crecimiento positivo de la economía hasta la segunda mitad de 2010, no cabe esperar que el mercado laboral español cree empleo en el 2009. Sin embargo, es previsible, que a la luz de los estímulos fiscales y monetarios puestos en marcha y el estado tan avanzado del ajuste de la construcción, el período entre octubre de 2008 y marzo de 2009 quede como el más negativo de la recesión en curso.