La crisis que atraviesa el sector del tomate llega después de que las cooperativas de la región hayan realizado un gran esfuerzo inversor en los últimos años. De hecho, únicamente desde el 2002 se han puesto en marcha en Extremadura cuatro fábricas transformadoras con una inversión superior a los 60 millones de euros.

En enero de este año se conocía que la región perdería 13 millones de euros en ayudas europeas debido al exceso de producción. La comunidad produjo 1,8 millones de toneladas de los 2,750 de toda España cuando el cupo con derecho a ayuda estaba en los 1,2 millones.

En marzo se anunciaba una reducción drástica de la cosecha, de en torno a un 25%. Esto supondría la salida del sector de unas 7.000 hectáreas. Pocos días después 3.000 agricultores de Extremadura, Aragón, Navarra y Andalucía salían a la calle para exigir una solución.

En septiembre el consejero de Agricultura, José Luis Quintana, avisaba que el futuro del sector industrial del tomate pasa por una reducción de los costes de producción y la búsqueda de nuevos mercados.