Nosotros no tenemos aviones bombarderos B-52, así que nos defendemos como podemos", afirmó en Bagdad visiblemente satisfecho el vicepresidente iraquí Taha Yasin Ramadan, en referencia a la acción del kamikaze iraquí que ayer causó la muerte a cinco soldados estadounidenses en un control de carretera cerca de Najaf (a 150 kilómetros al sur de Bagdad).

Ramadán identificó al "mártir" como el "oficial Alí Yafar Al Yamani". En los próximos días tendremos más buenas noticias como ésta", dijo a los periodistas, reconociendo que los atentados suicidas y la llegada de voluntarios árabes van a ser una de las principales armas del régimen iraquí para combatir la invasión estadounidense.

Los cinco estadounidenses murieron víctimas de la acción de un militar iraquí que hizo explotar el taxi que él mismo conducía. Según EEUU, esta es la primera operación suicida con víctimas que se lleva a cabo contra las tropas aliadas desde que comenzó la guerra.

SIN CAMBIOS

El general Victor Renuart, representante del Centcom en Qatar, dijo que el atentado "no tendrá ninguna consecuencia operacional en el campo de batalla". "Estamos preocupados por cualquier ataque no convencional sobre nuestras fuerzas, pero eso no modificará nuestros planes", añadió.

Desde Najaf, el capitán Andrew Valles relató la forma en que el taxi con el suicida a bordo se aproximó a los soldados. "Fingió que necesitaba ayuda. Entonces nuestros soldados se aproximaron al vehículo apuntándolo y cuando estaban cerca saltó por los aires". De hecho, ayer la televisión iraquí anunció que 4.000 combatientes procedentes de países árabes han viajado a Irak para luchar contra las tropas estadounidenses y británicas. Según fuentes iraquís, la mayoría de combatientes dispuestos a llevar a cabo acciones suicidas pertenecen a los Fedayines de Sadam y sus familias son recompensadas con dinero.

Preguntado sobre si Irak está dispuesto a aceptar ahora la ayuda del terrorista Osama bin Laden, el vicepresidente iraquí respondió: "No pienso responder a esa pregunta". No obstante añadió: "Animamos a cualquiera a atacar a los responsables de esta agresión criminal". Informaciones procedentes de Terbil, el puesto fronterizo entre Irak y Jordania, se hacían eco ayer del paso de cientos de jordanos que viajan a Irak para luchar contra las tropas de ocupación.

Ayer por la mañana se conoció en Bagdad otra masacre de civiles perpetrada por aviones de combate aliados el viernes por la noche en Rashid, un pueblo a 30 kilómetros de Bagdad, 14 campesinos murieron y 30 resultaron heridos.

RECUENTO DE VICTIMAS

El ministro de Información Mohamed Said Al Sahaf, hizo ayer el recuento de víctimas civiles causadas el viernes por los bombardeos. Según el ministro, sólo en esa jornada murieron 140 personas. Aunque Al Sahaf aseguró al principio que tenía "tiempo para responder a las preguntas de los periodistas", la explosión cercana de dos misiles hizo que la rueda de prensa fuera muy apresurada.

Los periodistas que ayer se desplazaron al mercado de Naser, donde el viernes por la noche cayó una bomba que mató a 55 personas, comprobaron asombrados cómo el proyectil, pese a haber matado a tanta gente, sólo había dejado un cráter relativamente pequeño y pocos daños materiales. Para los periodistas más expertos, esta aparente contradicción sólo se explicaría por el hecho de que EEUU esté utilizando bombas de fragmentación, algo que Irak afirma hace días.