La primitiva tecnología del tramo ferroviario Chinchilla-Cartagena es un factor clave que contribuye a explicar el accidente ocurrido la noche del martes en el que fallecieron, al menos, 19 personas y otras 39 resultaron heridas. El jefe de circulación de la estación albaceteña se percató perfectamente de lo que se avecinaba en cuanto el talgo arrancó. Tras cometer el error de dar luz verde al convoy, llamó al mando central para que éste intentara ponerse en contacto con los maquinistas de los trenes. Pero todo fue inútil a pesar de que pasaron más de tres minutos. Nadie les advirtió que viajaban hacia una muerte segura.

El jefe de estación no podía alertar directamente a los maquinistas porque esta línea no dispone de ningún sistema de comunicación de los llamados tierra- tren. Tampoco cuenta con ningún sistema para frenar a los convoyes una vez éstos han partido de la terminal.

VERSION DEL JEFE DE ESTACION

Esta versión de los hechos fue difundida por el jefe de estación a través del sindicato CCOO y posteriormente reconocida por el presidente de Renfe, Miguel Corsini. A la pregunta de si podía haberse evitado el accidente con una simple llamada al móvil de los conductores de los trenes, éste admitió que "quizás sí", pero destacó que "los jefes de estación no tienen los números de los móviles de los maquinistas" de los trenes que controlan.

¿Porqué no avisó el mando central a los pilotos? Corsini respondió en la Cadena SER que todo pasó demasiado deprisa, no hubo tiempo. Sin embargo, el secretario regional de CCOO de CastillaLa Mancha, Juan Antonio Mata, asegura que el aviso se produjo a los 30 segundos y el talgo tardó unos 3 minutos y medio más en empotrarse contra el mercancías.

Desde primera hora de la madrugada del miércoles, Renfe y el ministro de Fomento, Francisco Alvarez-Cascos, difundieron la versión de que un error del jefe de estación --el socorrido "fallo humano"--, era la única causa del siniestro. Fuentes de la compañía llegaron a asegurar que el propio acusado había reconocido ser el culpable de la tragedia.

Horas después, Mata, tras una conversación con el afectado, difundió una versión distinta. El jefe de circulación reconoció que tras recibir el aviso de que el mercancías partía de la estación de Navajuelo, se le olvidó cambiar a rojo su semáforo de salida.

ORDEN DE SALIDA MANUAL

En esta estación permanecía el talgo Madrid-Murcia a la espera de recibir un documento oficial sobre limitación de velocidad, un papel que tenía que ser proporcionado en mano por el jefe de circulación. Tras proceder a la entrega, el jefe de estación volvió a su cabina y cual no fue su sorpresa al comprobar que el talgo estaba arrancando sin que él le hubiera dado la orden de salida manual a través de un banderín.

Según esta versión, el error humano sería del maquinista del convoy de pasajeros porque para partir de esa estación necesitaba los dos OK: el semáforo verde y el banderín. Con uno no basta.

En algo más de tres minutos, el talgo Madrid-Murcia impactó contra el mercancías tras recorrer 1.800 metros a una velocidad máxima de 30 kilómetros a la hora. El carguero había recorrido 32,9 kilómetros a una velocidad similar desde la estación de Navajuelo. Una curva algo cerrada impidió que los maquinistas se vieran a tiempo.La violencia del choque y el hecho de que los dos convoyes fueran arrastrados por máquinas diesel causó el virulento incendio que acabó con la vida de la mayoría de las víctimas. En el interior de los vagones se alcanzaron los 1.800 grados de temperatura.Además de no disponer de ningún tipo de comunicación tierra-tren, el tramo Chinchilla-Cartagena es de vía única y funciona con el rudimentario sistema de bloqueo telefónico. El único sistema de protección automática de que dispone es el ASFA, que frena al tren si éste se salta el semáforo en rojo. Pero estaba en verde.El rescate de los cadáveres resultó una tarea complicadísima debido al estado en el que quedaron los trenes. Los muertos oficiales ascienden a 19. Sin embargo, la cifra podría ser mayor y alcanzar los 26. El presidente de Renfe explicó que sólo 14 familias han reclamado a sus allegados y apuntó la posibilidad de que algún pasajero pudiera comprar el billete pero no montar en el tren . De los 39 heridos, sólo ocho continuaban ayer ingresados.