El primer ministro griego y actual presidente del Consejo Europeo, Costas Simitis, se mostró ayer partidario de levantar el embargo que Naciones Unidas mantiene desde 1990 sobre Irak una vez se normalice la situación.

Hans Blix, jefe de los inspectores de desarme de la ONU, abogó por retomar el trabajo de su equipo, toda vez que la guerra ha finalizado. Estos dos y otros asuntos son los que los cuatro países miembros del Consejo de Seguridad (Reino Unido, Francia, Alemania y España) trataron con sus socios comunitarios en Atenas, para definir el papel de la UE en la posguerra.

Blix, abogó por el regreso de los "especialistas legítimos de la comunidad internacional" para que la autenticidad de los eventuales descubrimientos no pueda ser puesta en duda. Blix ya se había dirigido al Consejo de Seguridad el pasado martes para hablar de la posibilidad del retorno a Irak de los inspectores.

Por su parte, el secretario general de la ONU, Kofi Annan suavizó el discurso que pronunció ante la UE, al suprimir un párrafo de la primera versión que sus portavoces distribuyeron. "No sería de recibo que la ONU jugase un papel subalterno, bajo la autoridad de una potencia ocupante, ni que aceptase responsabilidades para cuyo cumplimiento carece de medios", señalaba. En su intervención ante los líderes de los 40 países de la UE dijo que "todo papel confiado a la ONU, más allá de las tareas puramente humanitarias, deberá redefinirse".