El candidato a la reelección se presenta más relajado y con más sentido del humor que hace cuatro años. Bromea con la celda monacal donde tiene lugar la entrevista y su apellido, y hasta responde con ironía, la primera asignatura que aprendemos los tímidos. Confiesa serlo, y también que no se considera de derechas, que los políticos no están para emitir juicios morales sobre nadie, y que hacer política no es un pecado. Y lo dice mirando a los ojos, porque afirma creer más en las personas que en las redes sociales, o tal vez porque, al revés que Google, la mirada no tiene filtro ni falta que le hace.

--Sigue siendo un apasionado del deporte ¿Presidir el Gobierno de Extremadura es un deporte de riesgo?

--Es un deporte de fondo, no de sprint ni de velocidad. Tienes que marcarte unos objetivos y luchar por conseguirlos.

--Le gusta la fotografía. En estos cuatro años, ¿en qué ha cambiado la fotografía de Extremadura? ¿Ha cambiado su forma de mirar?

--Es más moderna que antes, y mucho más viva. La que yo me encontré era como las fotos antiguas, con colores apagados. Mi mirada ha cambiado porque a medida que uno va conociendo Extremadura se la quiere más.

--¿Se queda con la estética o con la ética del candidato?

--Los que criticaban mucho el marketing, como el PSOE, también tienen asesores, pero su marketing era el de cuatro años sin crear empleo y el mío dieciocho meses seguidos creándolo. Eso no es estética, es realidad.

--¿Cuáles han sido sus aciertos? ¿De qué medidas está más orgulloso?

--Lo más importante ha sido un cambio de mentalidad. Esta era una comunidad anestesiada por el PSOE, que miraba a la Junta como el niño pequeño mira al padre, buscando soluciones. En el momento en que se les ha ofrecido la oportunidad de ser protagonistas, los ciudadanos han dado muchas satisfacciones. Y entre los aciertos, cosas pequeñas, como saber que tres mil chavales de 18 a 25 años se han sacado la ESO y una gran mayoría se incorpora a la formación profesional. Han entendido que son los protagonistas de su futuro.

--¿Y cuáles le han resultado más desagradables?

--Las medidas no son agradables o desagradables, son necesarias o no. Cuando aplicas un presupuesto tienes que tener prioridades. Cuando se cierra un punto de atención continuada porque no va prácticamente nadie, y además hay otro próximo, a la gente no le gusta porque no entiende que esta sociedad ya no se lo puede permitir. Se trata de racionalizar, no de recortar. Yo no he hecho lo que hizo Vara que fue cerrar todos los centros de salud de Badajoz por la noche. No hubo pancartas ni cánticos porque la ciudad entendió que había que racionalizar. Pero él sí se puso al frente de las manifestaciones cuando se cerraron puntos de atención continuada.

--¿Y qué errores ha cometido?

--Los errores te los dice siempre el adversario. No tengo conciencia de no haber hecho lo que haya tenido que hacer. Tracé un rumbo para Extremadura y he puesto todas las energías en ello. Seguramente ha habido errores, pero al final compensan más los aciertos y el vigor que tiene ahora esta región, y que no tenía hace cuatro años.

--¿Qué hubiera pasado en Extremadura si IU no se hubiera abstenido en la votación de investidura?

--Hubiera gobernado el PSOE.

--Su propuesta de que gobierne la lista más votada sería aplicable, en todo caso, en la siguiente legislatura. Por ello ¿hasta dónde estaría dispuesto a pactar, solo para facilitar la investidura o incluso vería factible un gobierno de coalición?

--Hasta el 24 estoy dispuesto a cerrar el acuerdo con Vara para facilitar que gobierne la lista más votada, después ya hablaremos, pero él no recoge el guante porque sabe que no va a ganar. Yo sé que voy a ganar. Por eso él no acepta y está con la calculadora en la plaza de los pueblos. Sería una medida para evitar un sufrimiento como el de Andalucía. Lo que no puede ser es una dictadura de las minorías. Yo no estoy dispuesto a gobernar a cualquier precio. Si quieren hacer locuras de bloques de perdedores para intentar gobernar, adelante cada uno con su estrategia pero eso no construye Extremadura.

--¿Cree usted más en una política de personas que de partidos o siglas?

--Cada día más. Ha cambiado todo, la sociedad, la política... hasta el candidato de Podemos se ha cortado las rastas.

--Algunos expertos en análisis electoral sostienen que en el futuro el electorado apostará por personas en lugar de partidos y por ideas en lugar de ideologías ¿eso es lo que ha pasado en su caso?

--En una comunidad con poco más de un millón de habitantes la persona importa mucho. Aquí hay la posibilidad de que te hayan escuchado o visto.

--¿Por qué parece que ser de derechas es negativo y de izquierdas, no?

--Hay mucha literatura sobre eso. Yo no estoy aquí para cambiar las acepciones arraigadas. Ni puedo ni quiero cambiarlo. Yo no me considero una persona de derechas, en todo caso de derechas es Vara.

--¿Qué significa ser un verso suelto?

--Tengo la misma forma de ser y el mismo acento con todo el mundo. Eso extraña en este mundo con tanta impostura. Yo soy como soy. Eso no tiene por qué significar ser un verso suelto.

--¿Sigue manteniendo que a una mujer no se le puede negar el derecho a ser madre ni obligar a serlo?

--Los políticos no estamos para hacer juicios morales de las personas. Gobernamos para todos, y en ese todos caben personas con distintas sensibilidades y circunstancias. Yo no tengo ni pretendo tener las tablas de la ley. Cuanto más uno conoce la vida y a la gente, más humilde se vuelve. Visto lo visto por parte de algunos que recogieron firmas contra mí, más me reafirmo.

--¿Cómo valora el cambio de percepción ante los políticos, desengaño, descontento...?

--Es un cambio de ciclo. La política se está ajustando no solo en España sino en todo el mundo. Como la tectónica de placas, hay temblores, pero se ajustarán.

--"Los políticos no somos una casta independiente" ¿Qué les diría a quienes hablan de casta?

--Bienvenidos. Ya van a formar parte del sistema. Lo que han criticado ya lo están haciendo. Ya están adaptando sus discursos a la vida real. Solo hay que leer las declaraciones últimas de Errejón o de Iglesias. Disminuye la radicalidad para que avancen los votos. Yo me río mucho cuando uno dice que no es político, pero luego va a tener un escaño que es una posición política, y va a estar en las reglas políticas del parlamento. Basta ya de disimular. Hacer política ni es malo ni es pecado.

--¿Hacemos y podemos son caras opuestas?

--Yo no digo que no pueda haber puntos de encuentro, pero me da que algunos les pueden más los reparos y el desafecto.

--¿Ciudadanos está a su derecha?

--Todo se lo dictan desde Londres y de forma poco acertada. Eliminar el AVE es un desacierto, y que los protagonistas deban ser los nacidos en democracia, es dar una patada a los candidatos que no nacieron entonces.

--¿Qué tiene que ver democracia con demagogia? Cuando mira ¿ve más de una o de otra?

--La democracia es un sistema de convivencia, la demagogia es una actitud engañosa. Lo auténtico es lo primero. Algunos candidatos siguen prometiendo cada día el paraíso, parece que no han aprendido nada. No se puede hacer campaña prometiendo todo.

--1191 razones frente a las 993 de hace cuatro años. Otra vez la precisión y no los números redondos. Entonces dijo que las fundamentales eran el paro y los emprendedores ¿Y ahora?

--Sigue siendo el empleo. Una Extremadura más productiva y más sostenible. Y garantizar los servicios sociales.

--A los jóvenes hay que hablarles en su lenguaje ¿qué les diría contra el paro y para que no se fueran de la región?

--Eso es un mantra. Son relativamente pocos los que se han ido. Les digo que ellos son los protagonistas, no el gobierno. Antes en la facultad de economía, todos querían ser funcionarios, ahora un porcentaje cada vez mayor se plantea hacer otras cosas.

--¿El mundo que deja usted a sus hijos es mejor que el que le dejaron sus padres?

--El que me dejaron fue cambiando poco a poco, y el que yo estoy dejando cambia de año en año. Cuando me dijo mi padre que ya tenía edad para trabajar se sabía cuál era el catálogo de profesiones, ahora se crean cada día. Los avances tecnológicos son una auténtica revolución y además exponencial. No sé qué mundo voy a dejarles, son pequeños todavía.

--¿Se le parecen sus hijos?

--Son distintos. El pequeño es un emprendedor nato. El otro es más hogareño, más urbanita.

--¿Cuando la confrontación política afecta a la vida privada merece la pena la actividad política?

--Te entran ganas de pegarle una patada e irte a casa.

--¿Si en política valiera todo la política no valdría para nada?

--No puede valer todo, porque se parecería a la selva. En la esfera de la política está no solo el político sino su familia. Yo no he sobrepasado nunca las líneas personales, no podrán decir eso de mí otros, no por falta de oportunidades, que las he tenido, pero nunca he tomado ese camino.

--¿Sigue creyendo más en la mirada que en las redes sociales?

--Sí, no hay interferencias y además no está Google, lo que es de agradecer.

--Somos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras, y usted dice que habla mucho con sentimientos. ¿Cuál es su balance personal?, ¿qué se ha dejado en el camino y qué ha ganado?

--He ganado en conocimiento de la vida, de mi tierra, de las personas. Ese bagaje no me lo puede quitar nadie. He robado especialmente tiempo a mis hijos. Hace tres días fue el cumple de mi hijo pequeño y no pude estar. Por eso propuse esa ley de ocho años de presidente. Dentro de cuatro años el pequeño tendrá 14 y el mayor 17 y espero poder compartir más momentos que ahora.

--¿Tiene amigos en la política? ¿Definiría a los otros candidatos en pocas palabras?

--Sí, tengo buenos amigos. Lo intentaré, pero se puede caer en el simplismo. Vara, lo ha intentado pero ni lo consiguió ni creo que lo pueda conseguir. Escobar, buena gente. Estanislao Martín, del encuentro con la gente siempre me quedo con alguna foto, de él no tengo ninguna. Alvaro Jaén es el ejemplo de que lo he hecho bien. Ha vuelto aquí con el gobierno del PP después de treinta años fuera. Victoria Domínguez, hace mucho que no hablo con ella. No tengo ni mala ni buena opinión.

--¿Un periodista y un político pueden ser amigos?

--Es muy difícil. Esta es la época que nos ha tocado. Lo que se hace bien no es noticia, sino que parece que hay que señalar solo lo que se hace mal. Es como el enfermo que solo habla de los males, y al final acaba enfermo.

--Cuando mira a las demás fuerzas políticas ¿Se siente como Gary Cooper en Solo ante el peligro ?

--No, a mí nadie me ha regalado nada. Mi vida es una constante de lucha siempre. Si hay once personas que quieren formar un bloque, adelante ellos. Ya decidirán los ciudadanos.

--¿Considera que los políticos están bien pagados?

--No, pero nadie nos obliga. No se puede hacer demagogia, como Podemos, cuando dice que lo primero que hará será bajar el sueldo del presidente. De acuerdo, yo me pongo el sueldo que tenía antes, y él el que traía.

--¿Qué canción le hubiera gustado componer? ¿Cuál es la canción de su vida?

--Tengo mucha envidia por los creadores, porque transcienden. Por eso tengo tanto respeto a la cultura, no es una pose. Quizá más que componer una canción, me hubiera gustado pintar bien. Como no sé, quizá por eso me gusta la fotografía. Y mi canción es Viva la vida , de Cold Play, un auténtico himno.

Es curioso que un candidato a la reelección elija una canción que habla de reyes destronados. O quizá no, porque Viva la vida es también una exaltación de las pequeñas cosas, esas que son más importantes que el poder o el dinero. Y un himno que nos enseña que cada persona tiene su historia, cada momento es único, y hay que elegir formar parte de los que pelean siempre o de los que se rinden sin brindar por todo lo que les ha dado la vida. No es mal himno para quien practica el deporte de fondo de gobernar Extremadura.