El 1 de enero del 2006 a los extremeños, como al resto de los españoles, se les bajaron los humos . Al menos, ese era el objetivo de la ley antitabaco, cuya entrada en vigor el pasado día de Año Nuevo animó a muchos fumadores a visitar los centros que ofrecen terapias para dejar el tabaco. Es el caso de la empresa Fumastop, que ofrece un tratamiento en cuatro sesiones de media hora. Su máximo responsable en Extremadura, José Carlos Hernández, hace balance del primer año de aplicación de la nueva normativa.

--¿La entrada en vigor de la ley antitabaco se ha traducido un incremento de la demanda para dejar de fumar?

--Sí, en los primeros meses del año, al igual que a finales del pasado --cuando se acercaba la puesta en marcha de la nueva normativa--, hubo un aumento del número de pacientes, al menos en nuestra terapia, que después se fue desacelerando. A partir de abril, aproximadamente, nuestra tasa de crecimiento se ha ido equiparando con la de otros años, ya que nosotros registramos un incremento medio del 10% anual.

--Parece que la concienciación sobre este tema ha ido disminuyendo poco a poco.

--Creo que sí, en todos los aspectos. Por ejemplo, hay muchos centros de trabajo en los que se está fumando o restaurantes en los que inicialmente estaba absolutamente prohibido fumar, mientras que ahora hay quien se enciende un cigarrillo y no pasa nada.

--Entonces, ¿cree que ha sido efectiva la nueva ley?

--Bueno, el objetivo de esta normativa era reducir el consumo en un 3%, o sea que tampoco se pretendía reducir a la mitad y sí estaría siendo efectiva. Sin embargo, debemos ser cautos porque hay una relajación y la gente se va confiando, y fumando, cada vez más y en más sitios.

--¿Cuáles son los ámbitos donde se han notado más sus efectos?

--Sobre todo, se ha notado en los colegios, en los hospitales y en los centros de trabajo en los que se está más de cara al público.

--¿Ha percibido otros cambios?

--Bueno, hay cosas que sí que han cambiado, por ejemplo, los restaurantes se han quejado de vender menos puros. También se han modificado los hábitos, como cuando los clientes se trasladan a la barra del bar a tomar café, en vez de prolongar la sobremesa en los comedores.

--Mientras tanto, en Fumastop siguen utilizando su peculiar técnica contra el tabaco.

--Claro, llevamos casi siete años trabajando en Extremadura con un método que combina la termoestimulación y la ayuda psicológica con una elevada efectividad, aunque hay que tener en cuenta que seleccionamos a nuestros clientes, ya que no todos los que acuden a nuestras consultas están convencidos de querer dejar de fumar. Vienen presionados por la ley, sus familiares, etcétera, y sin la voluntad del interesado, la terapia no sirve.

--¿Existe un perfil del cliente?

--No. Nosotros tenemos un 54% de hombres y un 46% de mujeres, lo cual no es significativo, con unas edades que van de los 16 a los 89 años. Sí que hay un predominio de los mayores de 40 o 50 años, que es cuando empiezan a notarse los destrozos fisiológicos (empiezas a cansarte más, a asfixiarte...).

--¿Cuántas personas tratan habitualmente?

--Normalmente, realizamos unos 100 tratamientos al mes, pero este año habremos llevado a cabo ya unos 1.300.

--"Es fácil dejar de fumar si sabes cómo" dice el ´bestseller antitabaco´, ¿está de acuerdo?

--Creo que siempre es más fácil, ante cualquier patología, buscar las ayudas adecuadas. Si te duele la garganta, es más fácil curarte si buscas un medicamento adecuado. Lo mismo ocurre con el tabaquismo, aunque dejar de fumar nunca es un camino de rosas.