José María Caballero (Campanario, Badajoz) es el único misionero español que permanece en Freetown (Sierra Leona) donde desde 1992 lucha por el restablecimiento de la paz y el cumplimiento de los derechos humanos. Aunque este extremeño asegura que ha perdido desde hace mucho tiempo la esperanza de hallar una solución adecuada al conflicto, cada día se afana en trabajar con los denominados ´niños de la guerra´, a los que intenta recuperar psicológicamente de las secuelas de una guerra que los recluta para matar incluso a su propia familia. Caballero se ha convertido en el auténtico padre de estos jóvenes.