EDAD Y LUGAR DE NACIMIENTO 52 AÑOS, NOVELDA (ALICANTE) TITULACION DOCTOR EN CC ECONOMICAS Y EMPRESARIALES CARGOS DIRECTOR DE INNOVACION Y TRANSFERENCIA DE LA UMH. PRESIDE LA SECCION 'CREACION DE EMPRESAS' DE LA ASOCIACION CIENTIFICA DE ECONOMIA Y DIRECCION DE LA EMPRESA (ACEDE)

José María Gómez Gras, catedrático de Organización de Empresas de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, es una autoridad en el ámbito de las relaciones entre universidad y empresa. Ha sido autor de más de un centenar de trabajos científicos sobre la problemática del mundo empresarial y de la organización y dirección de empresas y ha tomado parte como investigador en más de cuarenta proyectos nacionales e internacionales que abordan esta temática. Esta misma semana estuvo en Trujillo, donde impartió la conferencia Cómo fomentar la creación de empresas desde la universidad; el caso de la UMH , en el marco del XV Consejo GEM Extremadura.

--Partiendo de la premisa de que tener un título universitario hace tiempo que dejó de ser una garantía para encontrar un trabajo, ¿qué habilidades adicionales tiene que adquirir el estudiante durante su periodo de formación en la universidad que le faciliten luego tener acceso al mercado laboral?

--Son muchas. De comunicación, saber hablar en público, trabajo en equipo, planificación, creatividad, negociación... Se trata de un conjunto de habilidades y de capacidades que debe tener un individuo para afrontar en las mejores condiciones posibles un trabajo ya sea por cuenta propia o por cuenta ajena. En una entrevista de trabajo, por ejemplo, el entrevistador puede ya apreciar las diferencias entre una persona que las tiene y otra que no.

--Y esas aptitudes que menciona, ¿es posible adquirirlas a día de hoy en las universidades españolas?

--En esto hay universidades y universidades. Desde la implantación de los grados se ha reforzado su enfoque hacia la ganancia de estas habilidades y competencias, pero es algo que solo se ha hecho sobre el papel y que aún tiene que probarse cuando se haga la revisión de los actuales planes de estudio, algunos de los cuales están en su segundo año de aplicación. Esto es desde el punto de vista teórico porque, desde el práctico, hay universidades, como la mía, que empezamos a trabajar en esto mucho antes de Bolonia.

--¿No habría que empezar a proporcionar este tipo de formación antes ya de la universidad?

--Claro, nosotros solemos decir que a la universidad los alumnos nos llegan ya tarde y que ojalá los hubieran formado antes. En esto hay notables diferencias de unos sitios a otros. Hay lugares donde estos aspectos se empiezan a preparar ya en Secundaria, haciéndolo incluso en coordinación con la universidad de referencia, de manera que se produzca un tránsito natural. Pero esto ya es para nota.

--¿Considera que con la crisis se está acentuando el espíritu emprendedor entre los estudiantes universitarios?

--El espíritu emprendedor está creciendo porque, si no encuentras trabajo, y no tienes otra cosa que hacer, tienes que contemplar la posibilidad de emprender. Se está produciendo un repunte de los emprendedores.

--¿Y está la universidad adaptándose para canalizar ese potencial?

--Sin duda, y lo tendrá que hacer más todavía. Es algo que depende también del punto de partida, hay universidades que están muy bien y otras que están a años luz, que todavía tienen que avanzar mucho más.

--¿Cómo debe contribuir una universidad al desarrollo del tejido empresarial de su región?

--A mi juicio, una universidad es un agente facilitador, que en una región coexiste con otros muchos. Dependiendo de las personas que están detrás de cada uno de esos agentes hay sitios en los que el elemento más crucial será la universidad y en otros lo serán las administraciones públicas, la cámara de comercio o un grupo de empresarios. Lo que yo defiendo es que hace falta un ecosistema, una red, que permita consensuar qué es aquello que nos importa a todos para, a continuación, trabajar cada uno desde su atalaya, con sus recursos y sus límites, de manera que se pueda mejorar la consecución de nuestros objetivos.

--Pero universidad y empresa son mundos muy distintos, con unos objetivos muy diferentes, ¿cómo se alcanza el entendimiento?

--Lo primero que tiene que saber uno es que el entendimiento es difícil. Esto es como ligar, si sabes que lo vas a tener difícil con una persona, te aprendes sus gustos, te planteas cómo acercarte a ella y aplicas una serie de trucos que te permiten el acercamiento. Partiendo de que son dos mundos muy distintos y con dos formas de pensar diferentes, si se razona de esa manera, se puede producir el ligue .

--¿Y cuáles deben ser las reglas del juego en la relación entre ambas instituciones? Me refiero a aspectos como la competencia desleal o los derechos de propiedad

--Hoy en día todo eso está más que regulado, por lo que no considero que suponga una dificultad. Lo que hay que hacer es respetar la opinión de todas las partes. Yo tengo un lema del que estoy cada vez más convencido: cuando se produce el acercamiento entre empresa y universidad, el empresario que lo prueba, repite.

--¿Cuál considera que es la principal aportación de la UMH al ámbito de las relaciones entre empresa y universidad?

--Yo lo que destacaría es que tenemos una red de relaciones con las empresas que es pionera y referente en España. Solo para que nuestros alumnos hagan prácticas tenemos convenios firmados con más de seis mil empresas. Nuestros alumnos (unos 14.000) tocan a más empresas que ninguno.

--Desde el punto de vista del profesorado, ¿cómo se compagina la triple faceta de la docencia, la investigación y la transferencia?

--Esto depende de las personas. Está el que lo hace muy bien y el que lo hace muy mal, el que lo hace muy rentable y el que lo hace muy poco rentable, el que es muy productivo y el que no. Hay universidades que tienen incentivos para que esa combinación se produzca de la manera más equilibrara posible, pero también otras en las que esto no existe. También aquí queda mucho camino aún por recorrer.