"Creo que todo esto se está sacando de quicio. Por un lado, casi nadie está de acuerdo con esta guerra, pero, por otro lado, las medidas de debilidad de los últimos meses del Gobierno ha hecho que la oposición se crezca y, de hecho, se haya en mal entonado y en algunos momentos ponga al Gobierno contra las cuerdas, pero esto no significa que el Gobierno vaya a perder esta batalla. Hay que tener la cabeza fría y pedir serenidad y más mesura tanto al Gobierno como a la oposición".