La propuesta de contrato de inserción para los jóvenes planteada el pasado martes por el director de Relaciones Laborales de la CEOE, José de la Cavada, y luego retirada ante el alud de críticas,muestra cómo los jóvenes y su incorporación al mundo del trabajo centran el debate sobre la reforma laboral que discuten Gobierno, patronal y sindicatos. De la Cavada planteó un contrato inferior al salario mínimo (situado en 680 euros), sin derecho a desempleo y sin indemnización por despido.

Antes de que le llovieran palos desde todas partes y de que la CEOE reculara y redujera su propuesta a "solo un ejemplo", de la Cavada la defendió afirmando que había sido implantada en Francia y que ha servido para emplear a un millón de jóvenes.

"Yo también apostaría por ese modelo si el salario mínimo en España fuera el mismo que en Francia, que supera los 1.300 euros", critica el secretario de Empleo de CCOO en Extremadura, Miguel Coque, que tacha esta idea de "estúpida" y de tener sentido solo si se quiere "legalizar la esclavitud". Por su parte, Rosario Riñones, secretaria de Acción Sindical y Empleo de UGT, califica la propuesta de "irresponsable y encaminada a sabotear el diálogo".

Sea propuesta o sea únicamente ´ejemplo´, al menos la CEOE ha puesto en primer plano que la crisis está siendo especialmente cruel con los jóvenes. Así lo ha reconocido el presidente del Gobierno, para quien son los menores de 25 años los que están sufriendo la crisis "más duramente". De ahí que en las conversaciones con los agentes sociales haya planteado "un plan urgente" para la juventud.

Los datos avalan la ´crueldad´ de la crisis con este sector de la población: en el último trimestre del año había 7.000 extremeños menores de 25 años con empleo menos que en el mismo periodo del 2008. Para impulsar el empleo de este colectivo, el Gobierno ha abierto el diálogo social con el fin de pactar una reforma laboral que ayude a impulsar el sistema. Una negociación tripartita, entre la Administración central, la patronal y sindicatos, que marcará el futuro de los 137.000 jóvenes extremeños de 16 a 24 años, a los que esta reforma presta especial atención. Y es que, si por algo se caracteriza el empleo de este colectivo es por la "precariedad", un problema "estructural y no coyuntural", según los sindicatos, y por la enorme flexibilidad para contratar y despedir a los trabajadores, que es considerado como el "problema capital" del mercado de trabajo y el "gran reto" del cambio.

Si el retraso de la edad de jubilación es el primer frente para modificar el mercado laboral, el segundo son los jóvenes, para los que se hace necesario favorecer la contratación y fomentar la estabilidad. "Si queremos pagar las jubilaciones necesitan un empleo estable", defiende Pedro Durán, secretario de Juventud de UGT Extremadura.

Aunque la mayoría de jóvenes emplean estos años de su vida en formarse dejando en segundo plano la búsqueda de empleo, no en todos los casos es así. Según la última Encuesta de Población Activa (EPA), hay 21.600 jóvenes de 16 a 24 años, el 16%, que engrosa la lista del paro, junto a otros 80.000 extremeños más. Una cifra que se eleva hasta los 816.000 menores de 25 desempleados si el campo de visión alcanza a todo el país.

TASA SUPERIOR Los menores de 25 años sufren una tasa de desempleo en Extremadura del 42%, dos puntos más que la media y siete más que en 2008 --el 35%--. Una lacra que solo supera Andalucía y Canarias. Y es que la pérdida de empleo se ha cebado con la juventud. En el último trimestre del 2008 había 35.700 extremeños menores de 25 trabajando; ahora son poco más de 29.000, según la EPA.

El fuerte recorte del empleo eventual, sobre todo en los servicios, está detrás de esta caída y es uno de los puntos que el Gobierno prevé atajar. Entre otras medidas plantea perseguir la temporalidad injustificada y que las empresas que recurran más a la contratación temporal asuman parte del coste de los despidos y prestaciones por desempleo derivadas de la finalización de estos contratos, como opción también para incentivar la contratación indefinida. Con el mismo fin, Zapatero propone la posibilidad de extender una modalidad ya existente de contrato indefinido con un despido más barato de 33 días --en lugar de 45--, reduciendo los costes para el empresario sin recortar derechos.

Pero hay más: de especial relevancia es el programa dirigido a los jóvenes, cofinanciado con las autonomías, y que busca mejorar la cualificación e inserción de este colectivo mediante acciones de formación, orientación profesional y atención especializada. Así como mejorar las condiciones de los que se encuentren de prácticas, para los que propone que cobren prestación de desempleo cuando finalice el contrato de aprendizaje, de la que ahora carecen. Esta es una de las propuestas más valoradas por los sindicatos, puesto que "no puede entenderse una política de jóvenes sin vinculación con la formación", señala Coque, para lo que cree necesaria la coordinación de los centros de empleo con el sistema educativo. Impulsar la contratación a tiempo parcial y reordenar el sistema de bonificaciones, son otras cuestiones a debate.

Con tal panorama UGT y CCOO consideran la reforma positiva, con ajustes, y destacan como principales problemas de la juventud la alta temporalidad, la falta de información y la ausencia de estabilidad, que "no les permite independizarse ni adquirir la experiencia necesaria que los puestos requieren", añade Celia Martín, de CCOO.