Al igual que los fallecidos ayer y que muchos otros albañiles de Malpartida de Plasencia, Juan Oliva Vivas se gana la vida trabajando en diversas obras de la capital de España. Como propietario de una constructora, tiene a su cargo a una cuadrilla y todos se desplazan semanalmente en furgoneta a Madrid para ganarse la vida.

El accidente de ayer le ha entristecido, pero afirma que "el coche o la furgoneta es un medio de locomoción como otro cualquiera. La carretera supone mucho riesgo, pero también lo tienes cuando viajas a Navalmoral o cuando te subes a un andamio y este es nuestro medio de vida", señala.

Una forma de vida que tiene ventajas porque "la vida en Madrid es de otra manera, hay muchísimo trabajo y ganas más", pero, como confiesa, también supone muchos sacrificios. Uno de ellos es el familiar, dado que Juan debe permanecer de lunes a jueves lejos de su familia --está casado y tiene dos hijos, uno también albañil, y una hija--, aunque todos lo tienen asumido: "La familia se hace a la idea porque qué vamos a hacer, quedarnos aquí sin hacer nada...".

Por eso, cuenta que cada lunes sale a las seis de la mañana de casa para volver el jueves por la tarde. "El lunes es el peor día porque tienes mal cuerpo y estás cansado y luego vuelves después de trabajar diez horas diarias". Sin embargo, pese a estos sacrificios, no contempla dejar el pueblo y marcharse con la familia a Madrid porque "aquí tengo mi vida hecha".