Comprar un juguete es algo muy serio, sobre todo si quieren evitarse posibles problemas. Y es que las estanterías de algunos establecimientos están pobladas de productos llamativos y de bajo coste que pueden llegar a resultar bastante peligrosos para esos niños a los que, precisamente, se trata de hacer felices.

El último ejemplo se pudo ver en Extremadura con unas pistolas y fusiles teóricamente de juguete. Pero detrás de esa primera apariencia se ocultaba un peligro manifiesto: las pilas eran excesivamente accesibles para los niños y estaban dotadas de una potencia muy superior a la permitida. Su coste apenas alcanzaba los 20 euros.

Pero no es el único ejemplo de juguete peligroso. Además de los ya conocidos punteros láser, que pueden llegar a provocar daños oculares si se apunta con ellos a los ojos, se han detectado peonzas cuya punta estaba demasiado afilada (eran como clavos), disfraces hechos de material inflamable o muñecos con las pilas a la vista, además de todo tipo de armas simuladas y capaces de causar graves heridas. En Estados Unidos hay incluso una asociación de consumidores que se encarga cada año de elaborar un amplio listado con los juguetes más peligrosos del mercado.

Por eso, en estas fechas en las que se compran el 80% de los juguetes de todo el año, los padres deben poner un cuidado especial a la hora de elegir los regalos para sus hijos.

Buscar la seguridad

Lo primero que se debe comprobar es que el producto tenga la marca CE, que, al menos en teoría, significa que cumple todas las normativas de calidad y seguridad que marca la Unión Europea. Sin embargo, en los últimos tiempos se han detectado productos importados ilegalmente del mercado asiático que incluían esta distinción perfectamente falsificada a pesar de que no habían pasado ningún control.

En este sentido, los expertos recomiendan acudir a establecimientos que ofrezcan el mayor nivel posible de confianza, así como comprobar el etiquetado cuidadosamente para confirmar que es adecuado para la edad del pequeño, puesto que en caso contrario cualquier juguete podría llegar a ser peligroso para la integridad física del niño. También es importante, en el caso de los más pequeños, no adquirir productos que tengan piezas pequeñas que podrían tragarse en un descuido o cuerdas y cordones con los que podrían llegar a asfixiarse.

En general, y según denuncian las asociaciones de consumidores y revelan los datos de la Dirección General de Consumo, gran parte de estos juguetes peligrosos se concentran en bazares asiáticos y en las conocidas como tiendas todo a cien , unos comercios que en los últimos años han proliferado en las principales localidades de la comunidad autónoma.