Tres años después de que la Junta sacara un decreto para la autorización de parques eólicos en Extremadura, el Ejecutivo regional aprobó ayer las primeras instalaciones. Se trata de 22 parques con una potencia global instalada de 470 megavatios y que empezarán a generar energía aprovechando el viento dentro de dos o, más seguramente, tres años (hay hasta tres años de plazo). A ellos se les podrían unir diez más si ayuntamientos afectados modifican cuestiones urbanísticas que ahora impiden el desarrollo de este tipo de proyectos. Los parques ahora autorizados han sido proyectados por diez empresas diferentes, la mayoría con su sede social en la comunidad extremeña, con una inversión que supera los 500 millones de euros, y el compromiso de crear 1.900 empleos directos al margen de los vinculados al funcionamiento de las plantas.

Así lo anunció ayer el consejero de Industria, Energía y Medio Ambiente, José Luis Navarro, al término de la reunión del Consejo de Gobierno --la primera tras las vacaciones de verano-- que autorizó esos proyectos que afectan al término municipal de Plasencia y a las mancomunidades de municipios de Sierra de Gata, Riberos del Tajo, Las Villuercas, La Siberia, La Serena, Campiña Sur, Río Bodión y Tentudía.

Los 22 parques autorizados corresponden a la convocatoria del 6 de junio del 2007 --abierta por el Ejecutivo tras haber rechazado una semana antes los 116 proyectos que habían concurrido a una primera--, a la que se presentaron inicialmente 98 solicitudes, aunque la cifra final se redujo a 91, con una potencia total de 2.704,5 megavatios.

INFORMES URBANISTICOS Navarro explicó que en un primer análisis la consejería comprobó que se había producido una concentración de solicitudes en determinados puntos de la región, con dos o más proyectos solapados en una misma ubicación. En concreto, se habían registrado 14 puntos de solapamiento que afectaban a 53 de los 91 proyectos, de modo que físicamente solo cabían 26 de estos 53 parques, por lo que la Junta optó por aprobar aquellos que generaban más puestos de trabajo (uno de los requisitos del decreto es que se crearán al menos tres empleos por megavatio instalado).

El consejero reiteró que a la hora de tomar una decisión "se han aplicado los criterios con objetividad, atendiendo a los informes técnicos y no estando influidos por conseguir una cifra elevada de parques o potencia". En este sentido, señaló que diez proyectos, teniendo todos los demás informes favorables no han salido adelante por motivos urbanísticos, dado que los planeamientos urbanísticos municipales correspondientes a las zonas solicitadas no prevén un uso para energía eólica. Puso como ejemplo el caso de Oliva de la Frontera, cuyo alcalde, dijo, ya se ha manifestado a favor de cambiar esa normativa. Por ello, Navarro ha animado a los ayuntamientos a modificar sus planes urbanísticos para que puedan ser aprobados en las próximas convocatorias.

CRITERIOS En cualquier caso, respecto a las fechas de entrada en funcionamiento de estos parques aprobados, reconoció que "posiblemente dos años no sean suficientes, simplemente por los plazos de entrega que tienen los equipos aerogeneradores, por la gran demanda mundial que hay de ellos y por la complejidad técnica de estos proyectos".

Asimismo, destacó la satisfacción del Ejecutivo autonómico por las autorizaciones, y señaló que los objetivos con los que las iniciativas han sido autorizadas han sido la promoción del desarrollo económico de las zonas de Extremadura con potencial eólico, la preservación de las zonas con mayores valores ambientales; y la contribución a la lucha contra el cambio climático.

Pese a todo, el titular de Industria lanzó un mensaje de "prudencia" porque no está garantizado que los 22 proyectos vayan a materializarse finalmente, "pues son todavía proyectos, posibles, pero no definitivos".