TLta Ley del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad sustituye a la Ley 4/89 de Conservación de los Espacios Naturales y de la Flora y Fauna silvestres. La justificación no es otra que la necesidad de integrar las directivas comunitarias posteriores a esta fecha y adaptar los contenidos al marco jurídico actual. Esta ley no incorpora nada que no estuviera regulado antes, lo único que hace es garantizar los usos y aprovechamientos productivos de acuerdo con el ordenamiento legal de protección de los valores naturales y la biodiversidad española, un concepto que no acaba de ser entendido, y a tenor de las contradicciones entre lo dicho y hecho, una tarea no del todo asumida, que encuentra reticencias de políticos y gestores de recursos en el territorio, de los que precisamente depende la diversidad biológica.

En el caso de la caza, esta ley pretende resolver los problemas de transposición de las directivas europeas, cuya interpretación errónea por algunas regiones ha provocado conflictos legales. En ningún caso atenta contra la práctica de la caza ni los intereses legítimos de titulares de cotos, gestores cinegéticos o los propios cazadores. A este respecto, hay diversidad de posturas en el mismo sector, ya que no todos se manifiestan en contra de la ley ni la entienden en absoluto perjudicial, sino todo lo contrario, por regular aspectos que inciden en la calidad y salud de las especies cinegéticas.

Adenex defiende la caza, entendida como actividad generadora de ingresos, puestos de trabajo y dinamización de zonas rurales, siempre que se practique de forma legal, racional y sostenible. Esta asociación ha propuesto reiteradamente la modificación de la normativa autonómica, que prohíbe la caza en los parques naturales, y en cierta medida se han conseguido avances con la Ley de Conservación de la Naturaleza y Espacios Naturales de Extremadura, que deja abierta esta posibilidad.

Adenex también defiende la Ley del Patrimonio Natural porque es positiva para la naturaleza, y para la caza como parte indivisible de la misma. Resulta obligado mandar un mensaje de tranquilidad, porque es competencia de las regiones la regulación de la caza, y esta ley tiene que ser desarrollada y adaptada a la realidad en cada ámbito autonómico.