"Estoy feliz. Operarme del pecho ha cambiado mi vida por completo y mis relaciones con la gente que me rodea". Así de satisfecha se muestra Cyntia L. T. tras someterse a una mamoplastia de aumento hace casi un año. Según afirma esta extremeña, realizarse un aumento de la talla de su pecho ha sido como devolverla una parte del cuerpo.

Las razones que empujaron a Cyntia a ponerse en manos de los cirujanos fueron los complejos que tenía por su busto. "Después de darle el pecho a mis dos hijos, mis mamas estaban vacías y caídas. Había perdido mucho volumen", explica. Este hecho provocó en ella un malestar que le impedía ir a la playa o ponerse escote.

Además de elevar sus pechos, pasó de una talla 85 a una 95. "Me siento más atractiva, más segura y la relación con mi marido ha mejorado", afirma.

El postoperatorio de esta mujer de 31 años transcurrió dentro de lo normal, aunque reconoce que incluso lloró de dolor durante la primera semana tras la intervención.

Cyntia comenta que su mayor complejo lo ha superado, en parte, gracias a su psicólogo y que no piensa volver a operarse, salvo que la intervención mejorara su vida de la misma forma que ésta.