No era la jubilación que habían soñado, pero no pueden negarse a prestar ayuda a quien más les necesita. El paro, la crisis económica y la falta de recursos ha convertido la pensión de los abuelos, en muchos casos mínima, en el principal sustento económico de cerca de 84.000 familias extremeñas. Así lo demuestra un estudio elaborado por la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España, que señala que actualmente, cuatro de cada diez mayores de 65 años se ven obligados a ayudar económicamente a sus descendientes. La situación se complica aún más teniendo en cuenta que en la región, la mayor parte de los 210.000 jubilados con los que cerró el pasado mes de mayo perciben pagas mínimas que en el mejor de los casos, rozan los 700 euros.

El estudio elaborado por la Unión de Pensionistas destaca que en los últimos años se ha producido "un fuerte y considerable aumento" de personas mayores de 65 años que ayudan de forma directa a sus hijos. Recurrir a la solidaridad de los progenitores se ha convertido en una de las principales estrategias de adaptación a la difícil situación que económica, que ya deja 158.500 parados y más de 50.000 familias sin ingresos solo en Extremadura. Pese a que ellos también se encuentran en el punto de mira de los recortes, la ayuda de los abuelos se materializa en primer lugar en apoyo para llegar a fin de mes, seguido del pago de préstamos hipotecarios o al consumo diario y la compra de alimentaión y vestido.

Así, mientras que en el año 2010 las personas mayores que ayudan o habían ayudado en los últimos 24 meses a familiares representaban un 15,1%, del total, actualmente ese porcentaje es del 40,4%. Cuatro de cada diez jubilados sustenta económicamente a sus hijos, lo que supone que en la región son 83.762 las familias que viven gracias a la pensión de los abuelos, en la mayoría de los casos pagas no contributivas y pensiones mínimas. "El aumento considerable, de 25 puntos en dos años, sólo se explica como consecuencia del actual contexto de crisis económica y social", explica el estudio.

Esta circunstancia, que se da en todas las comunidades autónomas, afecta de manera especial a Extremadura, una de las regiones en las que las pagas de jubilación son menos cuantiosas. Según datos del Instituto Nacional de la Seguridad Social, la pensión media se situó en el mes de mayo en los 703,55 euros. Es un 2,9% más que en el mismo mes del año anterior, pero sigue siendo una cantidad muy inferior a la del resto el país, donde la paga media roza los 950.

CONSUMO Un segundo estudio elaborado por el Observatorio de Consumo y Distribución Alimentaria también constata que los mayores se han convertido en uno de los principales apoyos de la familia en tiempos de crisis. En el 2011 los pensionistas compraron un 3% más de alimentos que en el año anterior, unos 957 kilos por persona, lo que demuestra claramente que ayudaron a sus hijos. Huevos, pan, pescado, frutas, hortalizas frescas, aceite de oliva y legumbres fueron los productos que más adquirieron, los básicos de la cesta de la compra.

El estudio de los Pensionistas y Jubilados también concluye que los mayores que ayudan a sus hijos se caracterizan principalmente por vivir acompañados y pertenecer a un estatus social medio o alto, lo que constata que el fuerte aumento de progenitores solidarios viene dado fundamentalmente por el incremento de ayudas realizadas en hogares en los que los mayores conviven en familia. El regreso "obligado" de adultos al hogar de sus progenitores contribuye como causa, al menos parcialmente, del fenómeno.

Al tiempo que facilitan más ayuda económica a los hijos, los mayores de 65 años están dejando de percibirla, especialmente los que viven solos. Según el informe de la Unión de Pensionistas y Jubilados, del 12,5% que recibía apoyo en el 2010 se ha pasado en la actualidad al 7,5%, cinco puntos menos. El 13% de los mayores que viven solos reciben algún tipo de ayuda, frente al 5% de los que no. Así, con la crisis se pone de manifiesto que lejos de ser una carga, los abuelos están demostrando ser una auténtica fuente de supervivencia para las familias que ya no solo ayuda en el cuidado de los nietos, sino también a soportar la economía. Generalmente, las causas que han empujado a los hijos a pedir ayuda han sido las situaciones de dificultad derivadas del desempleo o la quiebra del negocio, seguida de la insuficiencia de ingresos.