La batalla por la Presidencia del PP extremeño no ha hecho más que comenzar. De aquí al 8 de noviembre los aspirantes a sustituir a Carlos Floriano deben quemar varias etapas antes de someterse al dictado de las urnas. En los próximos días, quizá hoy mismo, el comité organizador debe ratificar que las firmas de militantes presentadas por los cuatro candidatos son válidas, y que todos han superado las 90 necesarias.

No parece que este trámite vaya a dar lugar a problema alguno, dado que todos han aportado muchas más rúbricas de las requeridas por si se daba el caso de que algún militante hubiese avalado a dos candidatos, lo que invalidaría su firma.

Cumplido este paso se iniciará de verdad la pugna. En cada comarca --o en cada ciudad en las poblaciones con mayor número de habitantes-- habrán de elegirse a los compromisarios, las personas que representarán a la militancia de cada zona, cuyo número viene marcado por el número de militantes y el número de votos obtenidos por el PP en la última cita electoral.

El congreso contará con 528 compromisarios, pero los militantes sólo elegirán a 440. Los 88 restantes son compromisarios natos, por formar parte de los órganos de dirección o ser cargos electos (diputados y senadores). El sistema es de listas abiertas y cualquier militante puede presentarse.

De los compromisarios afines que consiga cada candidato en cada circunscripción dependerá en gran medida no sólo que pueda ser elegido, sino que pueda presentarse siquiera.

Según los Estatutos del PP, para que un aspirante pueda presentar lista a la dirección regional (presidente y 22 vocales) tiene que obtener previamente el respaldo de la quinta parte de los compromisarios, lo que supondría en este caso 105 avales. Además, si un compromisario da su firma a más de un candidato, el aval queda automáticamente anulado.

Esto significa que el candidato a la Presidencia debe asegurarse un número de avales superior a los 105 marcados, puesto que corre el riesgo de que se anulen algunos y no pueda presentar lista.

Si, como es el caso de este congreso del PP, hay un candidato que cuenta con el respaldo de la dirección regional, las posibilidades del resto quedan notablemente mermadas, ya que el candidato del aparato tiene en sus manos, de partida, 88 avales, y sólo necesitaría 27 más para poder presentarse, mientras que el resto parten de cero y tienen que convencer a 105 compromisarios.