La huella de Juan de Avalos recorre la región a través de sus obras, ubicadas en algunos de los rincones más emblemáticos de varias ciudades. Más allá de su monumental creación en el Valle de los Caídos de Madrid, por la que muchos le reconocen aún, la memoria del artista extremeño en su tierra permanecerá gracias a su legado. Son obras de gran tamaño y realismo que adornan parques, fuentes o glorietas, y que recuerdan a sus paisanos que en Extremadura nació uno de los exponentes más representativos del arte figurativo, pero sobre todo, que ese artista siempre se sintió profundamente extremeño.

En Mérida, varios monumentos recuerdan que el artista nació en la ciudad. Juan de Avalos firma la Piedad, una obra del año 1976 que recuerda a los emeritenses caídos en las guerras España. Un año antes, había salido de su taller otro monumento erigido en homenaje a los arqueólogos de las excavaciones emeritenses, que siempre atrajeron su atención. Suya es también la escultura que corona el panteón de su familia en el que desde hoy reposarán los restos del escultor.

Badajoz también honrará la memoria de Juan de Avalos a través de obras como el monumento a los extremeños universales que corona una de las fuentes ubicadas en la avenida de Colón.

En Cáceres, el artista inauguró una de sus últimas obras instaladas en la región. Se trata de una escultura, la primera en la ciudad, que corona la cascada del Parque del Rodeo. El monumento, conocido como Fuente de las Ninfas, mide cuatro metros.

Almendralejo y su monumento a la paz también recordarán la figura del escultor.

Estas obras, cercanas y emotivas, permitirán que la tierra que vió nacer a Juan de Avalos, nunca le olvide. La magestuosidad del monumental Valle de los Caídos recordarán la grandeza de un artista que se consideraba un simple picapedrero.