La vía catalana estuvo ayer muy presente en la cita de Zapatero con Ibarretxe, aunque ambos la invocaron en sentidos opuestos. Mientras el presidente retaba a su invitado a afrontar una reforma estatutaria como lo hace el Parlamento de Cataluña, con consenso y respeto a la ley, el lendakari esgrimió el Pacto del Tinell (acuerdo mediante el cual se constituyó el tripartito que gobierna en Cataluña) para legitimar su decisión de someter a consulta el plan soberanista.

LA OMISION En su breve comparecencia ante los medios de comunicación, Ibarretxe aludió dos veces a la reforma estatutaria emprendida en Cataluña.

Incluso citó el apartado del acuerdo suscrito por el PSC, ERC e ICV en el que se apunta cómo reaccionaría la Generalitat si el Congreso bloquease el nuevo Estatuto. Lo hizo de modo sesgado, pues omitió una parte del texto.

"En caso de dilación indebida en la tramitación, no toma en consideración, impugnación o inadecuación sustantiva del resultado final respecto a la propuesta aprobada por el Parlamento autonómico que representen una obstaculización o bloqueo del proceso, la ciudadanía catalana será llamada a pronunciarse, mediante el procedimiento de consulta general..." Hasta aquí leyó Ibarretxe, que soslayó el tramo final: "...mediante el procedimiento de consulta general que se estime más apropiado en aquella circunstancia, sobre su adhesión al texto estatutario aprobado por el Parlamento". Un inciso que, a juicio del tripartito catalán, abarca desde un adelanto electoral hasta la aprobación de mociones en los ayuntamientos.

ALOCUCION PREPARADA En la alocución que llevaba preparada, el lendakari también recordó el compromiso de Zapatero de respetar el proyecto estatutario que emane del Parlamento de Cataluña, y se preguntó por qué no hace lo propio con el texto aprobado por la Cámara vasca. También aquí incurrió en otra omisión, puesto que el líder del PSOE condicionó su promesa a que el Estatuto catalán fuera consensuado y constitucional, requisitos que no cumple el plan Ibarretxe.

Así lo remarcó ayer la vicepresidenta, Teresa Fernández de la Vega, en su posterior comparecencia. De la Vega vino a precisar que el tripartito no habla de referendos y, como había hecho Zapatero ante Ibarretxe, remachó que "lo importante" es que la reforma catalana se hace por consenso y conforme a la Constitución.