Ingeniero de Caminos

Todos sabemos que Extremadura posee un variado, abundante y valioso patrimonio faunístico, sustentado por una gran riqueza de biotopos y microbiotopos, sobre la insustituible base de una excepcional vegetación autóctona. Este equilibrado conjunto exhibe una diversidad biológica excepcional, que transforma a nuestra comunidad autónoma en una referencia única, tanto a nivel nacional como internacional.

El resultado es una hermosísima variedad paisajística que se hace patente no sólo al contemplar las distintas imágenes que ofrecen nuestros campos, montes, ríos, dehesas, llanos, jarales, viñedos, roquedos, pueblos... sino al paso de sus espectaculares cambios estacionales, incluso modificadas por las condiciones climáticas de cada año.

PATRIMONIO NATURAL

El paisaje es nuestro patrimonio natural más vendible, puesto que es la imagen más visible y apropiable de nuestra naturaleza. El paisaje es la parte más conspicua de los ecosistemas, el resumen de todo lo que allí actúa, la fotografía instantánea de un proceso mucho más complejo y oculto.

En la base del paisaje están los procesos ecológicos, las actividades faunísticas, la evolución de la vegetación y los equilibrios entre la formación de suelo y su erosión. Todos estos ecosistemas deben conservarse para seguir disfrutando de nuestros excepcionales paisajes, los más naturales y los más antropizados.

COEXISTENCIA DE SIGLOS

Nuestro paisaje extremeño es fruto de muchos siglos de equilibrada coevolución entre la actividad humana, que explota moderadamente el campo, y la naturaleza, que mantiene sus ciclos ecológicos; aquí, por definición, no existen ecosistemas naturales y esto quiere decir que es preciso seguir actuando para conservarlos de modo sostenible, es decir, sin impedir los ciclos naturales imprescindibles.

Este tradicional equilibrio está siendo afectado seriamente por los incendios que se han producido en las últimas décadas y estos días de forma muy especial. Vaya por delante mi pesar por las grandes superficies arboladas perdidas, mi apoyo a los afectados, mi felicitación a las brigadas que luchan para apagarlos y mi reconocimiento a quienes organizan y dirigen el operativo.

Es evidente que nosotros cambiamos, la sociedad evoluciona, modificamos las costumbres, aumenta la movilidad, los riesgos sociales parecen incrementarse, la delincuencia y el gamberrismo existen, los medios para hacer daño son muchos y, en estas condiciones, los bosque son tremendamente vulnerables.

Desde hace años, la Junta de Extremadura viene realizando meritorios esfuerzos para controlar los incendios forestales en la comunidad autónoma. Creo que hay buenos profesionales en todos los ámbitos y mucha entrega en los escalones más cercanos al terreno. No es momento de criticar sino de construir para el futuro, porque cada año es preciso un esfuerzo mayor y el valor de las pérdidas y el sentimiento social así lo exigen.

HUMEDAD CASI CERO

Debemos advertir que cuando durante semanas la temperatura al sol sobrepasa los 50 grados centígrados y la humedad es casi cero, estamos hablando de circunstancias climáticas excepcionales. En estas condiciones el fuego es difícil de parar, si además hay un viento fuerte y surgen 20 incendios al mismo tiempo, podemos hablar directamente de situación catastrófica.

Naturalmente que estas condiciones, y sin duda mucho peores, han debido producirse en nuestros bosques mediterráneos muchas veces a lo largo de los últimos milenios. No sé si cada siglo, cada quinientos años, cada mil o cada diez mil años; no olvidemos que nuestros registros climáticos apenas alcanzan un siglo.

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