Un fuerte olor a plástico quemado impregnaba ayer las calles de la pedanía cacereña de Puerto Rey, dependiente del municipio de Alía. Las llamas de un incendio presuntamente provocado habían terminado con el tendido eléctrico por lo que el medio centenar de vecinos de este lugar, aunque pudieron dormir en sus casas, lo hicieron sin luz.

El gran susto para ellos llegó sobre las dos y media de la tarde cuando agentes de la Guardia Civil trasladaron a todos los habitantes de Puerto Rey a un restaurante de la zona, a la espera de ver cómo evolucionaba el incendio para ser evacuados y dejar sus casas a merced del fuego o, por el contrario y como sucedió, regresar a sus hogares.

El que sí perdió mucho en el incendio de ayer fue el propietario de una de las fincas afectadas. "Me siento desesperado y triste. Imagina que se quema tu casa, así me siento yo", aseguró a EL PERIODICO.

Por la tarde, en medio de una atmósfera completamente gris, los vecinos pudieron regresar a sus casas porque el fuego en la provincia de Cáceres parecía estar prácticamente controlado por los retenes. Un colectivo cuyos miembros prefieren que se les conozca como "bomberos forestales", según indicaron cuando estaban en plena acción.

Menos suerte tuvieron al otro lado de la frontera extremeña, en Toledo. Los vecinos de Minas de Santa Quiteria, pedanía de Sevilleja de la Jara, tuvieron que ser desalojados, aunque al caer la noche muchos decidieron regresar a sus casas cuando la situación mejoró.

Aventura también fue la de Higinio Madroñal, un cabrero de Minas de Santa Quiteria que salvó la vida al meterse en el embalse de Cíjara para huir de las llamas. Al notar su ausencia, creció la alarma en el pueblo ya que sabían que el cabrero pastoreaba por la zona afectada por el fuego. La historia terminó con final feliz cuando entrada la tarde un miembro de Protección Civil les relató la pericia de Higinio.