Estas declaraciones reflejan que Zapatero quizá será un gobernante novato, pero es un novato que ha estado fijándose cuidadosamente en el mal gobernar ajeno. Que sabe lo que desean quienes votaron cambio, y que conoce las claves de las cuestiones conflictivas de este país. Pero además está su talante. No tiene cara de ser un tipo dispuesto a inaugurar obras públicas no terminadas o de programar actos de colocación de primeras piedras que al día siguiente no vayan a tener inmediata continuación. Eso, con lo que llevamos a la espalda, alivia. Por eso Zapatero es, en definitiva, una incógnita que pinta bien.

*Periodista